Maternidad con calma. Principios básicos.
"Coge aire, eres madre y lo serás toda la vida"
No sé donde leí esta frase. Para mí simboliza prepararse para saltar al vacío, y no saber donde ni cuando tocarás el fondo. Eso es la maternidad, precipitarte tú y tu vida a otra dimensión desconocida donde todo se pone de repente patas arriba y ya, por no encontrar no te encuentras ni a ti misma.
Tu casa ya no es tu casa. Tus cosas pasan a un segundo plano y todo se inunda de útiles varios de bebé. Tu relación de pareja ya no es lo que era. Aparcas tu trabajo, tus relaciones, tus hobbies, tus hábitos, tus desayunos healthys con tu amiga que te dan la vida, tu horita de gimnasio, tus encuentros románticos con tu chico. Tus libros en la mesita de noche ya no son los de Grey si no los de Lucía mi pediatra. Pasas de soñar con tomarte un café y un cup cake a lo Sexo en nueva York con Carrie Bradshaw a desear que Marie Kondo aparezca por tu puerta y te ordene la casa porque ya no puedes más. No duermes, no comes, ni puedes ir al baño cuando tienes ganas (y lo sabes). Pero aun así, con todo eso y más, miras a tu hijo y piensas... "esto es un milagro de la naturaleza y daría la vida por protegerte de todo lo malo".
Así es... sin dudarlo darías la vida. Tu vida. Hasta aquí hemos llegado. Ya os conté en el post de La maternidad solo suma, pues a mí no me salen las cuentas, lo mal que lo pasé durante los primeros meses de vida de Luca. Aunque la expresión suene mal y más siendo psicóloga, me sentía "al borde de la locura". Demasiada hormona revolucionada y demasiado cambio "pal body".
No conozco a nadie (instagramers a parte) al que la maternidad no le afecte de algún modo negativo, sí sí, negativo, con todas sus letras. La maternidad tiene dos caras, como la luna, por un lado está la parte más maravillosa y luminosa del mundo, que hace que pierdas los papeles por ese pequeño ser. Pero también tiene una cara oculta y oscura que nadie enseña y que nadie quiere ver. La camuflamos con ironía e incluso con humor pero está ahí.
En esa cara oculta de la maternidad encontramos miedos, complejos, comparaciones, sentimientos de inferioridad, estrés, falta de sueño, falta de tiempo, dudas, cansancio, culpa... ¿me dejo algo?.
Toda esta parte negativa te la cargas a las espaldas como una mochila y tiras para adelante deseando que pase el tiempo lo más rápido posible para sentirte mejor (y para que el niño sea mayorcito y duerma del tirón). Pero es que el tiempo pasa, y volando además.
Un día mientras miras las fotos de tu bebé piensas, ¿cuándo ha crecido tan rápido? y yo... ¿dónde estaba mientras tanto?, pues yo estaba quejándome, sintiéndome culpable, haciendo las cosas en modo automático pensando en el futuro sin ser consciente del presente. Si pudiera retroceder en el tiempo, pasaría más rato oliendo a bebé y menos fregando el suelo.
Mi razonamiento me dice "Houston, tenemos un problema, luchemos contra él". Deformación profesional centrada en la resolución de problemas, supongo. Qué desgaste, luchar contra la cara oscura de la maternidad... es entrar en una espiral absoluta de Estrés, David contra Goliat. No voy a enumerar las consecuencias de la exposición a un estrés continuado, creo que ya son bastante conocidas, sólo te diré que te deterioran poco a poco tanto física, cognitiva como socialmente.
Así que un día sin más entendí que debía dejar de luchar, lo que tenía que hacer es aceptar la situación. Hay cosas que no puedes cambiar por mucho que te empeñes, es mejor aceptar que vas a dormir poco, que tu vida en este momento es cuidar y que todo volverá a su cauce de manera natural y con CALMA.
Eso es, CALMA mamá.
La cuestión no es "debatirse entre la vida o la Calma", no es que te cueste "conseguir la calma". Partimos de una base errónea.
Tú ya tienes calma, el problema es que te la están robando.
Detectar los ladrones de la calma para intentar recuperar toda la que nos sea posible es fundamental para así poder disfrutar del momento.
Antes de seguir avanzando, creo que nos va a venir bien enumerar los pasos a seguir si queremos estar en el "Club de las madres con calma" para no perdernos entre tanto ladrón de calma suelto:
Hay situaciones que no puedo cambiar en este momento, como es mi trabajo, dónde vivo, la familia que tengo, etc... Está claro que son cosas que son muy difíciles de cambiar y si me producen estrés no tendré más remedio que aceptar que están ahí e intentar solucionar los conflictos internos de estas situaciones para que me afecte lo menos posible.
Es un ejercicio de cada una detectar de todas la situaciones que me estresan y me roban la calma por cual ponerme a trabajar e ir poco a poco poniendo paz en nuestros asuntos personales para que cuando llegue a casa con mi hijo pueda disfrutar de mi maternidad con tranquilidad.
Y si hay algo que realmente no puedo cambiar... ¡Pues deja de sufrir por ese tema! porque si no tiene solución no le voy a dedicar más energía. En serio, repítetelo las veces que haga falta, ponte un post-it en la frente si te ayuda pero deja de estrujarte el cerebro con este tema, ya!.
No seremos capaces de exprimir el aquí y ahora si tenemos la mente en otra parte. Recuerda que de lo que se trata es vivir una maternidad con calma, y la calma empieza en ti.
Lancé una encuesta en Instagram para conocer cuáles eran los ladrones de calma más habituales y la respuesta fue el trabajo y el estrés. Necesitaríamos varios post para abordar este problema. Ver los factores que determinan mi estrés y cómo manejarlo. No sirve de nada que yo aprenda un montón de técnicas para educar a mis hijos con calma si yo tengo un estrés en mi cuerpo que hace que esté nerviosa todo el tiempo. No tiene ningún sentido. Si el problema es la ansiedad yo recomendaría ir a un profesional para tratarla, que nos enseñe a relajarnos y a afrontar las situaciones que nos generan ansiedad. Esto es algo muy personal y de primera necesidad, cuídate, no te abandones ni te dejes para el último lugar, si tú estás bien todo lo demás viene rodado.
Hemos detectado a nuestros ladrones de la calma (¡malditos!). Es hora de plantar cara y tomar acción. Ya sé que me estresa mucho llegar a casa y tener mil cosas que hacer y acabo rota, ¿cómo voy a tener calma para estar con mis hijos si me duermo por los rincones?
"Keep calm and Slow life my friend", Ningún cambio es fácil, ni siquiera esto de la calma. Todo empieza por querer cambiar la situación, y no va a ser de un día para otro. Tienes que poner de tu parte y salir de tu zona de confort. Deja de quejarte y siéntate a hacer encaje de bolillos y saca un horario en el que repartas tareas con tu compañero/a de vida y no te sobrecargues más.
A lo largo del día puedes hacer cosas para bajar el ritmo y empezar a interpretar el mundo y lo que te pasa de manera más positiva y más Slow. Te recomiendo que leas el post sobre Slow life que escribí hace unos meses y empieces a entrar en contacto con esta filosofía.
Todo empieza en ti, y para ti, y luego ya lo extenderemos a los demás.
Antes de organizar una actividad con tu hijo, regálale tiempo de calidad, si tú estás calmada, si disfrutas con lo que haces, tu hijo estará calmado y disfrutará contigo.
Nuestros hijos hacen lo que ven, afrontan la vida y los problemas imitándonos, y si vamos corriendo de un lado para otro mirando el móvil sin parar, quejándonos del trabajo, y gritando en casa porque todo va mal y todo es un desastre... ¿cómo crees que afrontarán las situaciones en un futuro?.
Hace unos años en consulta, vino una mamá quejándose de que su hijo pequeño tenía problemas en casa, le gritaba, y siempre estaba nervioso, según ella. Mientras me contaba todo esto los decibelios de la voz de esta mujer alcanzarían el nivel máximo permitido por ley de discotecas. Y esta mamá aun se preguntaba ¿Cómo es posible que mi hijo me grite tanto?.
Está en nuestras manos cambiar las cosas para cultivar la calma en casa y eso es lo que quería dejar claro en el post de hoy.
En las siguientes entradas dedicadas a la sección del Club de la calma seguiremos avanzando en como introducir estos cambios en casa a través de nuevos hábitos, juegos, actividades para la atención plena, técnicas de mejora de la conducta de nuestros niños, actividades emocionales, etc.
Y hasta que nos volvamos a leer quiero que hagas un cambio, quiero que te dediques unos minutos al día y te impongas un ritual Slow que te guste, y en el que no participe nadie más que tú. Que antes de cruzar la puerta de tu casa te dejes los problemas de trabajo fuera, hagas tres respiraciones profundas y pienses en algo bonito y que te haga sonreír, aunque te lleve unos minutos hazlo antes de abrazar a tu hijo. Y cuando por fin entres en casa después del trabajo, o cuando lo recojas del colegio le des un abrazo de cuerpo y alma de varios segundos, lo huelas profundo y le susurres al oído "te quiero". Lo sientes, pues hay que decirlo, le regalaremos así una maravillosa lección de educación emocional.
Si tienes alguna duda o quieres comentar algo sobre el tema no dudes en dejarlo escrito en un comentario, esto sólo acaba de empezar socias del club de la calma!
Gracias por estar ahí.
Besos,
Vanesa.
Antes de seguir avanzando, creo que nos va a venir bien enumerar los pasos a seguir si queremos estar en el "Club de las madres con calma" para no perdernos entre tanto ladrón de calma suelto:
1. Aceptar que hay cosas que puedo cambiar y otras que no.
Aquí tenemos más poder del que pensamos.Hay situaciones que no puedo cambiar en este momento, como es mi trabajo, dónde vivo, la familia que tengo, etc... Está claro que son cosas que son muy difíciles de cambiar y si me producen estrés no tendré más remedio que aceptar que están ahí e intentar solucionar los conflictos internos de estas situaciones para que me afecte lo menos posible.
Es un ejercicio de cada una detectar de todas la situaciones que me estresan y me roban la calma por cual ponerme a trabajar e ir poco a poco poniendo paz en nuestros asuntos personales para que cuando llegue a casa con mi hijo pueda disfrutar de mi maternidad con tranquilidad.
Y si hay algo que realmente no puedo cambiar... ¡Pues deja de sufrir por ese tema! porque si no tiene solución no le voy a dedicar más energía. En serio, repítetelo las veces que haga falta, ponte un post-it en la frente si te ayuda pero deja de estrujarte el cerebro con este tema, ya!.
2. Detectar mis ladrones de la calma
Ejemplos de ladrones de la calma:
- Demasiado trabajo y poco tiempo (estrés).
- Mala organización.
- Horarios muy ajustados.
- Agenda muy llena.
- Poca comunicación con tu pareja.
- Cansancio.
- Y etc, etc, etc...No seremos capaces de exprimir el aquí y ahora si tenemos la mente en otra parte. Recuerda que de lo que se trata es vivir una maternidad con calma, y la calma empieza en ti.
Lancé una encuesta en Instagram para conocer cuáles eran los ladrones de calma más habituales y la respuesta fue el trabajo y el estrés. Necesitaríamos varios post para abordar este problema. Ver los factores que determinan mi estrés y cómo manejarlo. No sirve de nada que yo aprenda un montón de técnicas para educar a mis hijos con calma si yo tengo un estrés en mi cuerpo que hace que esté nerviosa todo el tiempo. No tiene ningún sentido. Si el problema es la ansiedad yo recomendaría ir a un profesional para tratarla, que nos enseñe a relajarnos y a afrontar las situaciones que nos generan ansiedad. Esto es algo muy personal y de primera necesidad, cuídate, no te abandones ni te dejes para el último lugar, si tú estás bien todo lo demás viene rodado.
3. 3, 2, 1... Acción!
Hemos aceptado nuestra vida con sus más y sus menos (y parece que incluso nos queremos un poquito más... magia!).Hemos detectado a nuestros ladrones de la calma (¡malditos!). Es hora de plantar cara y tomar acción. Ya sé que me estresa mucho llegar a casa y tener mil cosas que hacer y acabo rota, ¿cómo voy a tener calma para estar con mis hijos si me duermo por los rincones?
"Keep calm and Slow life my friend", Ningún cambio es fácil, ni siquiera esto de la calma. Todo empieza por querer cambiar la situación, y no va a ser de un día para otro. Tienes que poner de tu parte y salir de tu zona de confort. Deja de quejarte y siéntate a hacer encaje de bolillos y saca un horario en el que repartas tareas con tu compañero/a de vida y no te sobrecargues más.
A lo largo del día puedes hacer cosas para bajar el ritmo y empezar a interpretar el mundo y lo que te pasa de manera más positiva y más Slow. Te recomiendo que leas el post sobre Slow life que escribí hace unos meses y empieces a entrar en contacto con esta filosofía.
Todo empieza en ti, y para ti, y luego ya lo extenderemos a los demás.
Antes de organizar una actividad con tu hijo, regálale tiempo de calidad, si tú estás calmada, si disfrutas con lo que haces, tu hijo estará calmado y disfrutará contigo.
Nuestros hijos hacen lo que ven, afrontan la vida y los problemas imitándonos, y si vamos corriendo de un lado para otro mirando el móvil sin parar, quejándonos del trabajo, y gritando en casa porque todo va mal y todo es un desastre... ¿cómo crees que afrontarán las situaciones en un futuro?.
Hace unos años en consulta, vino una mamá quejándose de que su hijo pequeño tenía problemas en casa, le gritaba, y siempre estaba nervioso, según ella. Mientras me contaba todo esto los decibelios de la voz de esta mujer alcanzarían el nivel máximo permitido por ley de discotecas. Y esta mamá aun se preguntaba ¿Cómo es posible que mi hijo me grite tanto?.
Está en nuestras manos cambiar las cosas para cultivar la calma en casa y eso es lo que quería dejar claro en el post de hoy.
En las siguientes entradas dedicadas a la sección del Club de la calma seguiremos avanzando en como introducir estos cambios en casa a través de nuevos hábitos, juegos, actividades para la atención plena, técnicas de mejora de la conducta de nuestros niños, actividades emocionales, etc.
Y hasta que nos volvamos a leer quiero que hagas un cambio, quiero que te dediques unos minutos al día y te impongas un ritual Slow que te guste, y en el que no participe nadie más que tú. Que antes de cruzar la puerta de tu casa te dejes los problemas de trabajo fuera, hagas tres respiraciones profundas y pienses en algo bonito y que te haga sonreír, aunque te lleve unos minutos hazlo antes de abrazar a tu hijo. Y cuando por fin entres en casa después del trabajo, o cuando lo recojas del colegio le des un abrazo de cuerpo y alma de varios segundos, lo huelas profundo y le susurres al oído "te quiero". Lo sientes, pues hay que decirlo, le regalaremos así una maravillosa lección de educación emocional.
Si tienes alguna duda o quieres comentar algo sobre el tema no dudes en dejarlo escrito en un comentario, esto sólo acaba de empezar socias del club de la calma!
Gracias por estar ahí.
Besos,
Vanesa.
4 comentarios
Gracias vanesa, me ha encantado y me pondré manos a la obra!
ResponderEliminarMe alegro mucho!!! Bienvenida al Club de la Calma!!
EliminarAunque tarde, siempre intento ponerme al día, en la medida de lo posible ^^'
ResponderEliminarLos pocos momentos Slow que puedo tener, los traduzco en leer tu blog, y en leer en general.
Mis ladrones de tiempo ya he averiguado cuales son: el móvil, y "esperar un poquito más para hacer eso que no me apetece"...
Y miento, se me olvidaba un ritual Slow que lo hacía sin darme cuenta: abrazar despacio y retener esa fragancia personal en las fosas nasales.
Encantada de volver a leerte!
Encantada de verte de vuelta. Ayy el estrés... be water my friend. Poco a poco. Mis ladrones parecen los mismos que los tuyos, estoy trabajando en ello... Y tu ritual es de lo más embriagador... es de mis favoritos :*
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