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Suave California

"A veces es solo una cuestión de tiempo, las cosas suceden casi por casualidad... como aquello que no esperas, como lo que te eriza la piel por dentro. ¿Qué necesitas para vivirlo? Tan solo... siete segundos."

Así arrancaba en Instagram algo que tenía muchas ganas de contar por aquí. Un proyecto del que tengo la fortuna de formar parte y que ha sido el ladrón de mi tiempo de las últimas semanas.

Tengo el placer de presentaros a Siete Segundos. 


Y, ¿qué es Siete Segundos?, es algo que me preguntan mucho y a veces es incluso difícil de explicar. 
Siete Segundos se compone de 4 mujeres, nació de nosotras aunque en realidad creo que el destino nos unió para que esto fuera posible. En Siete Segundos unimos espacio y tiempo para crear experiencias integrales para todo aquél que lo quiera vivir. Disfrutando del momento, desde nuestra cultura mediterránea y absorbiendo la esencia desde los 5 sentidos.

Organizamos eventos temáticos una vez al mes. Encuentros con un elemento común para intentar ofrecer una experiencia única e irrepetible. Cada evento es diferente pero con una línea Slow life en la que se enfatiza el aquí y ahora, ya sabes que es mi punto fuerte, lo que me llena y me gusta transmitir en cada cosa que hago.

En esto no estoy sola, me acompañan tres mujeres de las que me he enamorado locamente y con las que iría hasta el fin del mundo con los ojos cerrados. ¿Las quieres conocer?


Ella es Patricia (@lilaygris). La toma de tierra y parte organizativa de Siete Segundos. Me asombra su capacidad de organización y su férrea voluntad de trabajo. Patri trabaja hasta caer enferma cuando algo le apasiona. Es asombrosa. Empecé a admirarla ya hace unos años cuando leía su blog "Lila y gris" (y espero retome algún día). Ahora tengo la suerte de poder disfrutar de su compañía y algún que otro café a diario.


Ester (@adailyme). Ester huele a Verbena. Es la de las ideas locas pero posibles. Siete segundos nació en ella casi sin darse cuenta. Es toda inspiración, a veces me da la sensación de que es un canal de transmisión entre el mundo bohemio y la realidad. Es una Musa 2.0. De esas personas que brillan dentro de su mundo loco y rebosante de energía. Es dueña de Casa Verbena, la "sede temporal" de siete segundos y lugar mágico donde los haya.


Ella es Ana (@mumandcook). Ilicitana itinerante, la conocimos a través de Ester y llegó para completar este cuarteto loco de mujeres. Ana ama la fotografía y pone el corazón y el alma en lo que hace. Amante y coleccionista de las cosas "bonicas" nos caló al instante. Su generosidad no tiene límites, sabe leer entre líneas aquello que necesitas y no dudará en hacer lo imposible para ayudarte. Así es ella, intensa y arrolladora pero dulce al mismo tiempo.


Juntas hacemos que el tiempo vuele y las ideas confluyan en nuestro proyecto común.
Sabíamos que algo así tenía que ser compartido con el mundo. Teníamos esa sensación de haber encontrado algo maravilloso y que no existía antes, algo nuevo que iba a darse forma poco a poco. Como cuando tienes un hijo, sabes cómo es pero eres consciente de que irá trasformándose y creando su propia personalidad. 

El viernes pasado arrancó el primer encuentro en Casa Verbena. La acogida de este primer evento ha sido espectacular, tras su lanzamiento en @solosietesegundos (la cuenta en Instagram de Siete Segundos) las 23 plazas ofertadas volaron en a penas cuatro días. 


Esta primera noche de reunión quisimos que fuera especial. Quisimos esencia mediterránea y elegimos un tema que nos representara y fuera el hilo conductor de todos los eventos. 
Como no, el tema elegido fue Slow life y tuve la suerte de poder dar una charla compartiendo mis consejos y estilo de vida. Elegimos cada detalle de la noche para que fuera especial, cada bocado de la cena, cada bebida para cada momento, la orientación de la mesa o la ubicación del grupo para que pudieran disfrutar de la puesta de sol mientras esperaban el turno de la charla. Nos hemos pasado los tres últimos meses pensando en cómo hacer de cada momento algo especial y lo hemos disfrutado al máximo. Para nosotras también ha sido algo terapéutico sacar todo esto adelante, es como si lo lleváramos dentro deseando salir y compartirse.

Nos hemos dado cuenta que muchas de las conversaciones entre amigas empiezan con un "no me da la vida" "nunca tengo tiempo para mí". Tener tiempo para una misma y aprender a desconectar es una necesidad básica y fundamental para tener una buena salud mental. A nosotras mismas nos ha pasado que no encontrábamos planes diferentes donde conocer a otras mujeres con las mismas necesidades. Talleres o encuentros alternativos donde aprender a hacer cosas diferentes o dejarnos llevar y simplemente disfrutar de la mano de otras personas que se encarguen de organizarlo todo. Así nace la idea, intentando cubrir una necesidad propia. Con toda la ilusión y el cariño del mundo organizaremos una cita al mes contigo misma, una reunión para desconectar y volver a encontrarte con lo que realmente importa. Ratos para airearte, nutrirte de nuevas experiencias en entornos bonitos y especiales, muy especiales.


En cuanto al nombre, que sé que te lo estás preguntando. 
No sé si sabes que los abrazos son un arma contra el estrés además de aportarnos multitud de beneficios como fortalecer el sistema inmune, segregar la química del bienestar (oxitocina), compartir emociones sin hablar... pero no un abrazo cualquiera, para que el cerebro comience a hacer su magia el abrazo debe durar al menos... Siete Segundos. Nuestro primer encuentro terminó con abrazos de siete segundos que nos erizó la piel, supimos al instante que íbamos a crear algo especial y así ha sido.

Ya ha nacido Siete Segundos y estoy tan emocionada y orgullosa que estaba deseando hacer un post como este para darlo a conocer a todo el mundo. 

Si quieres saber más date un paseo por su Instagram (@solosietesegundos) y recréate con cada una de las publicaciones, estoy segura de que te enamorarás igual que yo.


Nos leemos la semana que viene, gracias por estar ahí.

Besos, Vanesa


julio 22, 2019 2 comentarios


Llevo tiempo queriendo escribir este post. Hace unos años se puso de moda el término "gente tóxica", se han escrito libros e infinidad de artículos sobre el tema. Todo el mundo lo acogió con cierto alivio al poder poner nombre a aquello que le pasa a esa persona con la que no se llevaba bien. Aunque hay que distinguir, una cosa es que alguien te caiga mal y otra muy distinta es que esa persona ejerza una influencia negativa en ti, tanto como para te haga sentir mal.
Una persona tóxica puede ser un ladrón de la calma de guante blanco. Pueden actuar sin que te des cuenta, pueden minarte la autoestima, la paciencia o la motivación desde la sombra. Ya hemos hablado sobre los ladrones de la calma en otros post, si quieres saber más sobre el tema pásate por Maternidad con calma, principios básicos.

¿Y por qué de guante blanco? Pues porque puede pasar desapercibido, porque si encima te sientes mal es por tu culpa, por que eres una blanda. En el mar sobreviven los fuertes, los tiburones... ¿cómo?
Perdona, pero ni estamos en el mar, ni veo pasear tiburones por la calle.

Por mi experiencia sé que puede ser duro convivir con alguien que te haga sentir mal en ocasiones. Puedes sentir que te consume la energía, la alegría, puedes incluso sentir dolor de cabeza al estar sometida a la tensión. Y ya ni te cuento si intentas hacer ver a esa persona que su comportamiento te está generando ese malestar, tensión máxima entonces.

Si ya tienes a una o varias personas en mente pero quieres salir de dudas te resumiré los rasgos que suelen coincidir en una persona "tóxica":

1. Se queja a todas horas. Suele rodearle un aura de negatividad en la que la queja es la primera frase del día. Si analizas las quejas suelen ser hechos que nos pasan a todos, pero no los vivimos como una queja o como algo negativo. Solemos asumirlos como algo puntual sin darle más importancia de la que tiene. La persona "tóxica" está tan centrada en la parte negativa de la vida que cualquier cosa le parece un mundo y todo le reafirma su postura: "Si es que todo me pasa a mí".

2. El mundo está en su contra. Piensa que todos van en su contra, lo que le lleva a sentirse una víctima de todo lo que le pasa. Es incapaz de asumir su responsabilidad en los problemas, sus problemas son fruto del "complot" de la gente que le tiene envidia (según él o ella).

3. No aceptan consejos. Puede que en algún momento te hayas acercado a una persona así y hayas intentado ayudar aconsejándole, seguramente te habrás llevado una desagradable sorpresa saliendo más que escaldada de la situación. No admiten la culpa con lo que un consejo es una especie de insulto hacia él o ella, no sólo no es bienvenido si no que se ofenderá con toda probabilidad.

4. Se compara constantemente con los demás. Suelen tener su foco puesto en el exterior, escudriñando a la gente que le rodea para hacer crítica y no precisamente positiva. Parece un intento de llenar su autoestima (que suele ser baja) con la vida y desdichas de su entorno.

5. Autoritarios y poco empáticos. Se escudan un "yo soy muy sincero/a" y evitan así ponerse en tu lugar. Suelen ofender a la hora de decir las cosas con un todo agresivo que arrasa por donde pasa. Puede que no siempre sea así, en ocasiones puede hacer cosas por tí, favores que se guardará para sacarlos a relucir más adelante. Y si realmente has metido la pata con ellos, ve preparándote porque el rencor es otra de sus cualidades.

Esta descripción es general y puede que haya personas que despunten en un sentido más que en otro. Y tampoco quiero decir que sean "malas personas", simplemente que su aprendizaje les ha llevado a comportase así.

Tener cerca a una persona con estas características puede ser agotador si no lo gestionamos bien.
Por un lado, perdemos energía al intentar ayudarles a salir del círculo vicioso en el que se encuentran y por otro puede que nos lleguemos a creer que nosotros tenemos la culpa, que nos contagien el estrés, el mal humor y ese aura de atracción negativa. Si tenemos a alguien quejándose de las cosas malas que le pasan lo más probable es que "por cortesía" tú también busques las cosas negativas que te rodean para compartirlas y ayudar relativizando las suyas, una manera de acompañarles y decirles "ves, no estas solo/a y no solo te pasan esas cosas a ti" ¡¡ERROR!! Si haces eso darás por inaugurada la competición. La gente tóxica recibe algún tipo de refuerzo desde su posición de víctima y se verá amenazado/a si alguien se lo quiere arrebatar. No solo no verá tu esfuerzo por compartir algo negativo para aliviar sus sentimientos si no que le dará la vuelta para hacer que te sientas mal. Nadie lo pasa tan mal como ellos.
Y si haces lo contrario, es decir, compartir lo bueno que te ha pasado, entonces es que le estás restregando lo bien que te va la vida y eso "no es de buenas personas". En la relación con este perfil de personas, hagas lo que hagas sientes que lo haces mal. Si  la relación se alarga en el tiempo te sentirás afectada hasta el punto de robarte seriamente la calma.

Entonces, si tenemos a una "persona tóxica" cerca ¿qué podemos hacer? mi respuesta es, huir. Huye cual alma que persigue el diablo. A no ser que seas su psicólogo o miembro de su familia intenta evitar a este tipo de personas que te hacen sentir mal. A veces nos responsabilizamos de lo que nos toca y de lo que no, queremos influir de manera positiva en la gente y que todo sea fluido y maravilloso. Pero hay ocasiones en las que ni estamos preparados para ayudar ni tenemos por qué  salvar a todo el mundo que se nos interpone en nuestro camino. Así que lo más práctico es evitar, la vida es demasiado corta como para perder el tiempo en situaciones que no nos hacen sentir bien.

Y si no te queda más remedio que compartir espacio con una "persona tóxica", practica tu asertividad y tu cara de "poker". Construye un muro infranqueable entre esa persona y tú para que no invada tu espacio ni te sientas manipulada. Si realmente quieres ayudar, transmítele tus sentimientos, hazle ver que sus acciones te afectan y los perjuicios que trae a vuestra relación para tomar medidas y buscar ayuda profesional. 

Foto @anaseguraportfolio
Compartir lo bueno es tan positivo, tan reconfortante. Debemos obligarnos a rodearnos de gente "bonica" que nos aporte, que nos motive a dar y regalar buenos momentos. Cuando la gente se siente a gusto contigo, cuando transmites cosas positivas, todo lo que das, créeme, el tiempo te lo devuelve con creces. Anímate a decir lo bueno de las personas, refuerza todo lo positivo de tu alrededor, regala flores, canciones o simplemente un rato de café y confidencias, lo bueno atrae a lo bueno. Lo tóxico convierte en tóxico todo lo que toca.

Hoy mis flores van para ti, empiezo el día compartiendo. Espero que hagas lo mismo y que me cuentes, si te apetece, si te has encontrado con alguna persona parecida a la descripción.

Nos leemos la semana que viene, gracias por estar ahí.

Besos,

Vanesa.




julio 01, 2019 4 comentarios
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¡Hola! Soy Vanesa, una mamá novata de trentaitantos a la que le gusta disfrutar de las pequeñas cosas siguiendo un ritmo slow e intentando llevar mi maternidad con calma. Me chiflan las cosas bonicas, la fotografía, la comida, los planes en familia y andar en furgo recorriendo el mapamundi.


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