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Suave California

Hace tiempo que escribí este post, de hecho fue el primer post que escribí en este blog. Pero veo la necesidad de volver a mostrarlo por partida doble, primero porque he hablado mucho sobre una vida más Slow y sigo recibiendo preguntas sobre "¿eso qué es lo que es??". 
Y segundo porque os quiero hacer un regalo... lo siento pero no es una tarjeta de 500 euros de Zara, con lo bien que nos vendría a todas. El regalo que os voy a hacer ni siquiera ha sido idea mía, me lo sugirió mi amiga Tania (I Love You amore mío), ella me dijo un día "Vane me encantan los tips que pones en Instagram sobre Slow life, yo me los imprimiría y me los pondría en la nevera, ¿Por qué no los pones en el blog para que nos los descarguemos en plan regalo?". Pues sí Tania, has tenido una idea genial.




Al final del post os dejo un link para que os descarguéis las imágenes totalmente gratis y hagáis lo que queráis con ellas, ponerlas en la nevera, decorar una pared, marca páginas... Si lo hacéis me haría mucha ilusión si me lo enseñáis, yo haré lo mismo.

Ahora os dejo con la entrada y espero que os sirva de ayuda para hacer un poco más lenta la vida, que bastante estrés tenemos a diario. Espero que os descarguéis las fotos con los tips y los pongáis bien a la vista, así lo que vais a leer a continuación no quedará en el olvido y realmente lo pondréis en práctica.

Slow life…



¿Qué bien suena verdad?, si has leído el libro “Elogio de la lentitud” de Carl Honoré sabrás de lo que hablo. Este post no va sobre qué significa el concepto si no más bien cómo lo llevo a la práctica en mi día a día, que es lo que nos interesa.
                                                                                                                 Decidí que este fuera uno de mis primeros posts porque dice mucho de cómo soy y cómo me gusta ver la vida.



Ser madre me ha cambiado. Ya no tanto en el sentido metafórico, espiritual u hormonal (que también) me refiero al lo puramente práctico.  Antes de ser madre trabajaba fuera de casa, y mucho además. Tenía dos trabajos en los que debía poner todas mis energías y mis sentidos para hacerlo lo mejor posible, ya que eran trabajos de gran responsabilidad. Y aunque mi profesión me encanta vivía en un continuo estrés de horarios, citas, trabajo acumulado y cansancio también. Al tener a Luca decidí (mejor dicho, decidimos) que iba a coger una excedencia en el trabajo para cuidar de nuestro bebé, y ya de paso para cuidarme a mí también, una de las mejores decisiones que pude tomar. Pasé de estar todo el día fuera de casa a estar las 24 horas dentro de ella.  Y de ser mujer trabajadora y emprendedora a mamá en apuros.

El cambio no fue fácil, no te voy a engañar. No dejé el trabajo para irme de vacaciones a un spa, lo dejé para ser madre, o mejor dicho aprender a ser madre. Ahora, y después de 2 años de aclimatación a esta nueva vida, y tras mucho sudor y lágrimas de amor pero también de cansancio y duda, puedo decir que estoy más en paz que nunca.
Tras muchas reflexiones y noches en vela intentando no lamentarme de mi decisión me di cuenta de que se me iba la vida, sí sí, ya no es que “no me dé la vida” como diría la bonica de Lucía Be, es que se me iba la vida sin darme cuenta. Estaba viendo la vida pasar haciéndolo todo de  manera automática y pensando en que era lo siguiente que tenía que hacer sin disfrutar el momento en el que estaba, o mejor dicho, ESTOY. Levántate, viste al peque, dale el desayuno, vístete tú corriendo, llévalo al cole, vuelve corriendo que hoy toca limpiar o comprar, haz la comida, y de paso la cena, come engullendo  que tienes que recogerlo ya, ahora al parque, vuelve volando que hay que cenar y bañarlo… ssshhhhhh!!! Slow amiga slow… Sin darme cuenta estaba siguiendo el mismo patrón de estrés al que estaba acostumbrada. Se supone que ahora es cuando más tiempo tengo y debería explotar en trocitos de confeti inundándolo todo de felicidad maravillosa, pero no es así, y encima me siento culpable, ¿te suena?

"¿Y MI VIDA PA CUANDO?" Así te lo diría J. Lo.

    Pues mi vida ahora. Porque no cambio mi vida, por nada del mundo, lo que cambio es mi manera de vivirla y de sentirla. ¿Suena difícil? Pues solo necesitas paciencia constancia y ser sincera contigo misma.

Menos mal que hay gente maja que piensa en todo y hasta escribe libros para ayudar a otros y Carl Honoré es uno de ellos. De entre todas las recomendaciones del libro yo me quedo con estas 6 y añadiría una más:

1. Respira. Obvio, hay que respirar, pero no lo hacemos con consciencia. Algo que me ayuda es oler a mi hijo. Lo abrazo y simplemente lo huelo. Es imposible hacer esto y hacerlo de manera rápida y sin sentir paz y tranquilidad.

2. Come bien. No solo comer de manera saludable y rico, me refiero a comer bonito y con todos los sentidos. Sentarte a comer y usar los platos que más te gustan o sacar ese mantel que tienes guardado para las visitas, vas a tardar lo mismo en comer de pie que sentada y te aseguro que no te sabrá igual.

3. Para, mira y piensa. Por ”deformación profesional” suelo observar mucho a la gente, me gusta escuchar y analizar situaciones, no lo puedo evitar. Algo positivo de esto es que muchas veces evito conflictos simplemente con callar y no entrar en polémica. En ocasiones sufrimos mucho intentando defender opiniones y siendo prácticos esto no nos aporta nada, solo ansiedad y tensión. Soy más de parar, mirar, pensar y muchas veces pasar.


4. Levántate antes. Este punto está pendiente de mejorar, me encanta dormir (cuando me dejan, claro está), esos 5 minutos de más que me saben a gloria son los que me asfixian después con las prisas de no llegar a tiempo. Tengo comprobado que los días que madrugo voy mas tranquila y aprovecho mas el tiempo. Así que ojo con la típica situación de la noche anterior… “solo un capítulo más”… siempre pasa factura.


5. Busca un ritual Slow. ¡Uno o muchos!! Tomar un baño con velas, leer un libro, tomarme un té mientras miro por la ventana, hacer galletas, ver una serie en la cama… están caros los momentos para ti, pero cuando se tienen hay que saber disfrutarlos.


6. Vive el presente. El más importante, tomar conciencia de que cada momento es único y no se volverá a repetir. Suena fácil pero no lo es y esto hay que trabajárselo cada día. Algo que me ayuda en este punto es practicar yoga, hay quien hace meditación o pone practica mindfulness o lo que sea para centrarse en el AQUÍ y AHORA.


Y por último yo añadiría uno más: seguir un horario. Cuando acabas de ser madre y todo tu mundo se pone patas arriba el seguir un horario puede ser tu salvavidas. A mi me ayudó a no volverme más loca todavía, ya se sabe que las rutinas nos dan seguridad y nos hacen sentir mejor, y si no mira a  los niños cuando los sacamos de ellas. Es en este punto cuando debemos controlar los “ladrones del tiempo”, pequeñas cosas que nos roban el tiempo sin darnos cuenta y que no son para nada productivas, por ejemplo mirar sin parar los IG stories (tú también los miras, confiesa), los que inventan las aplicaciones para móviles es gente muy lista y hacen muy bien su trabajo que es mantenerte enganchado todo el tiempo posible a su plataforma. Hasta en esto ayuda marcarse un horario y dejar el dichoso móvil cuando voy a ver una película o cuando voy a pasar un rato jugando con mi hijo.

Y hasta aquí mis auto consejos para llevar una vida más SLOW, podría pasarme horas hablando de más cosas que me ayudan pero como no todo es perfecto y mi pequeño se va a despertar de la siesta te dejo que practiques, que respires y que sobretodo saborees la vida que por muy SLOW que la sintamos pasa demasiado rápido.


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Aprovecho para decirte que no habrá entrada nueva hasta el 7 de Enero, Suave California va a aprovechar estos días sin cole para estar con Luca y jugar mucho con él. Podrás seguir nuestras aventuras a diario por Instagram en @suavecalifornia.

Pincha aquí para descargarte las 7 imágenes con los tips para llevar una Slow life.


También quería decirte que, para mí, tú que estas leyendo este post, eres mi mejor regalo de esta Navidad.

Te deseo unas felices fiestas y una entrada de año espectacular!!!




Besos,
Vanesa.






diciembre 17, 2018 No comentarios
Me he lucido con el título. Lo de "Blanquear" suena a mafia y a serie de televisión, nada que ver con el post. Me refiero a blanquear en el sentido literal de la palabra, porque para muchos la navidad es más bien gris, y un mes de días grises puede ser un mes muy largo.



Días grises tenemos todos. No siempre la vida va como nosotros queremos, se nos tuercen los planes, algo no sale como esperabas, o simplemente un día te levantas sintiendo que lo ves todo gris.
Y eso es así, hay que aceptar que estos días existen y hay dos opciones y las dos muy respetables:

Opción 1. Te recreas en tu día gris, y permites que se contagie todo, puede que sea uno o varios días. No haces nada y dejas que el gris tome las riendas de la situación. El gris piensa, siente y actúa por ti, pero eres tú el que sufre las consecuencias. Te recreas en tu desgracia, "es que todo me pasa a mí", "qué mala suerte tengo" "todo me sale mal" " no sirvo para nada". Lo que podrían ser varios días de bajón se puede alargar indefinidamente. Al final y como siempre, pasará y volverás a sentirte bien, pero te queda la sensación de no controlar la situación y el miedo a que eso se vuelva a repetir pronto.

Opción 2. Admites que tienes un día gris, lo ves venir, lo reconoces. Lo saludas y dejas que entre. Pero decides actuar y hacerle la estancia incómoda para que no alargue más de la cuenta su estancia. Al fin y al cabo esta es mi casa y son mis normas. Y ¿cómo incomodas al día gris? pues pintándolo de colores alegres que no le gustan nada, al principio se resistirá pero poco a poco con tanto color no quedará espacio para el gris y finalmente desaparecerá.

Es curioso que durante estas fechas con tanto color, con tanta actividad divertida que hacer, con tanta felicidad en el aire haya más gente deprimida que nunca... NORMAL!!! El listón está muy alto. Si sigues algo las redes sociales te hartas de ver a familias con una organización de oro, una decoración perfecta, con sus calendarios de adviento preparados con un mes de antelación (y sin chocolate ni gluten y sugar free). Otra vez el tema de la comparación, pero es que creo que es un tema clave para dejar de sentirse mal. Si tomamos todas estas imágenes como algo para inspirarnos esta bien, pero si se convierte en una competición o en una meta que alcanzar la pérdida de esfuerzos y de tiempo supera a la recompensa con creces. Además, durante estas fechas los recuerdos de gente que no está con nosotros afloran con cada tradición, es inevitable estar tristes por eso y por muchas razones más.

He tardado mucho tiempo en darme cuenta de que la vida es así. De que la búsqueda de la felicidad continua es tan irreal como angustiosa y agotadora. La vida son altibajos. Hay épocas en las que todo va bien, como rodado, todo sale a pedir de boca. En cambio hay otras veces en las que es todo lo contrario. Todo es complicado, todo requiere el doble de energía para hacerlo y encima no sale bien, no te encuentras bien, no te ves bien, haces menos cosas por que realmente no te apetece hacerlas. Y ahí comienza todo, la cuesta abajo sin frenos. 

Hace poco vi un vídeo que explicaba algo así, la vida es como  un gráfico del latido de tu corazón, sube hasta llegar a un pico y cae en picado para luego enseguida volver a subir. Si el gráfico del latido de tu corazón es una linea recta sin altibajos... estás muerto. Una vez entiendes esto, ya no hay miedo. Las malas rachas forman parte de la vida, si te sientes mal, o mejor dicho, "si sientes" estás vivo!!! Y si estás vivo ACTÚA!!!

Si quieres que la situación cambie, HAZ que cambie. Y qué cosas puedes hacer para cambiar la situación, pues bien, ahí está la clave, las tienes que descubrir tú mismo. Yo te voy a enseñar las cosas que a mí me ayudan a salir de un día gris pero no es algo matemático. Esto no es un tip mágico de las 5 cosas infalibles para alcanzar la felicidad, yo huyo de eso. Las 5 cosas que te voy a contar que a mí me ayudan las he ido descubriendo a lo largo de los años, y no son siempre las mismas, van cambiando al igual que yo.

Así que no me entretengo más, estos son mis salvavidas en un día gris:

1. Orden en la sala!!

Ordenar lo de fuera me ayuda a encontrar la paz mental. Si estoy en casa procuro hacer algo que tenía atrasado o simplemente ponerme a ordenar alguna habitación y dejarla bonita, como a mí me gusta. Ordenar el escritorio y dejarlo atrás esa montaña de papeles, ordenar el cajón del mesita de noche (reconoce que es un cajón desastre), cambiar las sábanas y poner un poquito de colonia fresca antes de cerrar la cama. Pequeños detalles de orden que hacen que te encuentres a gusto y en armonía.

2. Tirar de amuletos.

¿Tienes a una persona amuleto?, son esas personas que te transmiten buen rollo, que te entienden con mirarte, que te consuelan con simplemente estar, coincides en los aspectos importantes de la vida, un  rato con ellas reconforta y una conversación aunque sea corta te hace respirar lento y sonreír. Mi amuleto se llama Sara "mi Sari", podemos tomarnos un café calentito y sentirnos que vamos caminando por las calles de Manhatan.
En estos días echa mano a tus amuletos más que nunca, contar lo que nos pasa, trasladar lo que sentimos a palabras ya nos obliga a ordenarlo y a darle sentido, ya tenemos otro brochazo más de color para eliminar el gris. Así además nos obligamos a salir de casa y dar un paseo, golpe doble al gris.

3. Los clásicos nunca mueren.

Un recurso que nunca falla, recurrir a pelis, libros o discos que te gusten y te animen. Yo tengo muchas películas favoritas a las que recurrir. Ya depende del caso o la época del año elijo entre ellas la que más me puede animar. En estas fechas elijo pelis navideñas y mi favorita: Love Actually. Antes de ser mamá la veía mucho, cuando era dueña del mando a distancia. Ahora con un niño de dos años amante de Coco y Vaiana los momentos de tranquilidad para poder ver una película escasean, pero cuando los hay los aprovecho al máximo, eso sí.

4. Cocer y enriquecer.

Aunque el día sea gris tienes que comer, y precisamente esos días en los que no nos encontramos bien solemos comer cualquier cosa ERROR. Preparar algo rico y saludable también ayuda a encontrarte mejor: "mens sana in corpore sano" ya lo dice la frase. Comer sano debería ser lo habitual pero esta época de excesos no ayuda para nada. Así que hoy mismo empieza por buscar una receta nueva a base de verduras ricas, enciérrate en la cocina y ponte el "All I want for christmas is you" de Mariah Carey a todo lo que da de volumen, ¡a cocinar!.

5. Los Daneses sí que saben, a tope de Hygge!!

Si no has leído el libro Hygge. La felicidad en las pequeñas cosas te lo recomiendo. Los Daneses y noruegos utilizan esta palabra para describir el estado de comodidad con sentimientos de intimidad y satisfacción. Es una palabra que no tiene traducción, no significa felicidad, es más bien un "estar a gusto con la vida". ¿Y cómo consiguen este estado?, pues ese estado lo relacionan con una serie de elementos comunes como una tarde de frío en casa, un hogar calentito, velas encendidas (a granel), una taza de bebida caliente y buena compañía. A mí esta idea de estar "a gusto con la vida" me convence, y en mis días grises procuro poner mi casa muy Hygge para encontrarme mejor.

Estos son mis 5 recursos más top para blanquear mis días grises en navidad, y también el resto del año, porque los días grises nos acompañan y nos acompañarán, forman parte de nosotros. Pero ya sabes: si sabemos reconocerlos, los saludamos y les dejamos entrar con confianza pero sin comodidades te aseguro que su estancia no será duradera.

Está en tu mano elegir una opción, ¿Tú con qué opción te quedas?
Cuéntame en los comentarios si utilizas algún salvavidas para tus días grises y si es así si utilizas alguno distinto a los míos. Compartir nos hace grandes e igual me ayudas tú también a mí con alguna opción que no he probado!

Espero que disfrutes a tope esta semana y que le des a Hygge en tu casa o donde quieras, en el buen sentido, claro ;)

Nos vemos la semana que viene,

Besos,
Vanesa.


diciembre 10, 2018 No comentarios
Se acerca la navidad, está a la vuelta de la esquina, ya se ven las luces en la calle, los anuncios de juguetes, interminables anuncios de juguetes, los perfumes, Amazon... Consumirrrrr. Me encanta la navidad pero debo reconocer que como todo en esta vida tiene su cara "Be" anda mira como Lucía que también es Be pero con B de "Bonica".



Antes de seguir creo que es necesario hacer un paréntesis y definir qué significa el término Bonico o Bonica.

- Bonico/a: Dícese de todo aquello que evoca un sentimiento de calidez, emoción o nostalgia ya sea objeto, animal, acción o persona. Que hace encogerte de hombros mientras dices "¡ay que bonico!". Debe diferenciarse de bonito o hermoso, algo "bonico" es bonito, pero no todo lo bonito es bonico. Veáse el ejemplo: Angelina Jolie es bonita, Jennifer Aniston es bonita y además "bonica" (es  Rachel en friends y siempre lo será).

Creo que con esta definición queda claro a lo que me refiero. Y no, no es de la RAE aunque cueste creerlo, la definición me la acabo de inventar pero refleja fielmente qué significa algo "bonico" para mí.

Conocí la marca de Lucía Be hace algunos años gracias a Instagram, me topé con su foto de la taza de "En realidad necesito una copa" que se hizo viral. Por aquel entonces destacar en el tema tazas y mensajes motivacionales estaba difícil, había otra marca que lo "petaba" en todo y poco margen dejaba a lo demás. Quizás por eso me gustó.


Más que mensajes motivacionales "Impossible is nothing" eran mensajes reales. Vida cotidiana en estado puro en forma de caricatura, y el lema "no me da la vida" que ya forma parte de la cultura popular de nuestro país, y sobretodo de las madres, (que levante la mano la que no escucha esa frase por lo menos una vez al día).

Empecé a seguirla y me sentí muy identificada con ella y sus historias. Me encanta su sentido del humor y sus playlist. Todo lo que hace me parece de lo más bonico. He de decir que mi último autoregalo antes de parir fue el kit de labial y esmalte "Red monday" que aún uso. Y mi primer autoregalo de puerperio la "sudadera Bonica" que tanta batalla le he dado mientras daba teta.



Y cómo no, las agendas. Mis tres últimas agendas son suyas y me encantan, por eso repito. En este blog me gusta compartir todo aquello que me gusta y me motiva, pues bien, te explico por qué repito año tras año. Además las fechas en las que estamos seguro que andas buscando la AGENDA PERFECTA para el 2019, o el regalo del amigo invisible, el de tu hermana o por qué no un autoregalo en toda regla. Pues bien, ahí van unas cuantas razones de porqué me gustan tanto:

- Me parto de la risa.

Te levantas un lunes después de dormir más bien poco, te haces el café y miras corriendo la agenda antes de que el peque se despierte para ver como tienes la semana y si por fin encuentras hueco para desayunar con tu amiga que hace tiempo que no ves. Abres la agenda y que ves?, esto...



No sé a ti pero a mí que me saquen una sonrisa un lunes... eso no tiene precio.

- El diseño.

Ya que es algo que me va a acompañar durante todo el año creo que debe ser algo que me guste, que sea bonito a la vista. Todos los diseños me gustan, los encuentro delicados y suaves aunque con un toque genial que puede ser las letras en dorado (y bien de dorado) o las cintas en raso.
Siempre me he decantado por la del tamaño pequeño, me gusta así porque es más ligera y la puedes llevar en el bolso. Aunque este año he estado a puntito de decantarme por la agenda gigante en rosa fuxia. El mensaje de "flípate" me tienta... mi marido siempre me dice que soy una flipada, pero desde el cariño ;).


- La organización.

Es a semana vista y a mí me gusta abrir la agenda y ver de lunes a domingo, me ayuda a organizarme mejor. Una mejora con respecto a la del 2018 son las anillas, con el formato libro no puedes dejar abierta la agenda si no aguantas las páginas con una mano, eso es un poco incómodo. Suerte que este año eso lo han cambiado.



También tiene una sección de calendario anual y mensual grandecito para poder apuntar cosas importantes.



Y una sección al final bien amplia para notas, yo la uso bastante así que me ha venido de genial que la amplíen con respecto a la misma agenda del año pasado.

- Las pegatinas.

Es divertido organizar la semana y llenarlo todo de pegatinas, es salir por un momento de la rutina y mandarte a ti misma mensajes "a tope de power".



La clave está en reírse de una misma y verte reflejada en la caricatura de la chica con gafas y pelos de "loqui loquer" corriendo de aquí para allá cual mami que llega tarde a todo, como una servidora.


- La calidad.

Las tapas son duras, pero duras de verdad.
El papel reciclado con tacto gustoso y los dibujos a todo color!!



Si aún dudabas sobre qué agenda comprar para el año que viene ya lo tienes claro, ¿a que sí?.
Así que por todo esto y más te recomiendo que se la pidas a papá Noel, o mejor, que vayas a Fnac y te la autoregales como hice yo (que se agotan, luego no digas que no te avisé).

A parte de agendas Lucía Be tiene otras muchas cosas bonicas que te pueden interesar, te dejo en enlace a su web aquí.

Si finalmente decides comprártela ¡pónmelo en los comentarios!! (y que quede constancia que no me llevo comisión ni nada de eso, pero las cosas artesanas hechas con amor y que transmiten emociones así se deben compartir).

Nos vemos la semana que viene,

Besos,
Vanesa.



diciembre 03, 2018 2 comentarios


Dicen que la naturaleza es sabia, yo digo que en ocasiones es muy cruel.

Te enseñan desde pequeña que la vida consiste en nacer, crecer, reproducirte y morir. Estás programado a pasar por cada una de estas fases, construyes todo tu mundo de manera inconsciente alrededor de estas fases. Pero, ¿qué pasa si te saltas una?.
Pasa que te sientes una desviación de la naturaleza, un error que no sirve, una muñeca rota, estropeada. Pasa que no te ayuda que te digan que no pasa nada y que eres "normal", en realidad no te ayuda nada de lo que te digan.



A estas alturas te habrás dado cuenta de qué estamos hablando, hablamos de cuando el embarazo no llega. Pensé que nunca hablaría de este tema en el blog porque es algo íntimo que duele contar, pero las heridas hay que curarlas. 

Cuando estaba en esta etapa de mi vida de auténtica desesperación me ayudaba mucho hablar con otras mujeres que estaban pasando por lo mismo que yo, asociaciones de infertilidad, redes de apoyo, foros...
Leer testimonios de otras mujeres me ayudó a "normalizarme". Afortunadamente yo tuve mucho apoyo, mi chico, mis amigas y mi familia me arropaban cada vez que venía un bajón. Pero sólo me sentía verdaderamente comprendida cuando hablaba con alguien que estaba pasando o había pasado por lo mismo que yo. 
Hablar con alguien que ha pasado por lo mismo te da información de lo que puede pasar a continuación y eso te tranquiliza cuando te sientes perdida.

Por eso, y en un humilde intento de "tranquilizar" a alguien que esté pasando por este duro proceso de quedarse embarazada sin éxito  comparto mis fases, etapas por las que fui pasando en forma de pensamientos y sentimientos que dan cuerpo a la lista de cosas que hay que esperar cuando No estas esperando:

1. "A mí no me pasa nada"
  • Llevas meses intentando quedarte embarazada sin éxito y te empiezas a "mosquear". Empiezas a ver embarazos a tu alrededor de gente conocida y esperas tu turno con optimismo: "¡La siguiente yo!".
  • Sin querer reconocer que aquí pasa algo, te empiezas a observar, comienzas con los calendarios de ovulación, menstruación y todo lo que termine en "ción" si eso ayuda.
  • Tu vida de pareja empieza a notar cada negativo al mes. Es una caída y vuelta a levantarse que aún se hace con energía y sonrisas.
  • Nota mental: "tranquila, recuerda que el ginecólogo te dijo que tardar de 6 meses a un año en quedarte embarazada entra dentro de lo "normal". (Empieza a entrar en juego la puñetera normalidad).

2. 7º Negativo, 8ºnegativo... ¿pero, por qué a mi?
  • Las sonrisas desaparecen, el juego desaparece. Entra en escena mi enfado con el mundo, con la naturaleza y con la fertilidad.
  • Las búsquedas en google ya son el pan de cada día, ¿qué más puedo hacer para quedarme embarazada?. Consejos supersticiosos, dietas sin gluten, vitaminas milagrosas, todo lo habido por haber... y nada.
  • Hay que tener relaciones porque toca, hoy toca, porque lo dice el calendario o la aplicación y no las ganas.
  • Tu pareja te mira con ternura y te dice "no, así no", pero tú lejos de entender por lo que él también está pasando te centras más en tu enfado con el mundo y piensas "joder, otro mes perdido".

3. Hora de movilizarse.
  • La verdad te ilumina por un momento y piensas que quizás deberías buscar ayuda. Te resistes porque sigues queriendo mirar un día el test de embarazo y sorprenderte junto a tu chico y ser felices y comer perdices. Sigues confiando en la naturaleza, que es muy sabia, y ella sabrá cual es el momento... Boberías!! Tú lo que quieres es ser mamá y no te quedas embarazada, busca ayuda y punto!.
  • "Ojalá que no me vea nadie en la clínica".
  • Comienzan los malabares, los días libres en el trabajo porque "tienes una cita médica", las preguntas de los conocidos, las excusas, las explicaciones forzadas y forzosas.
  • Pero también empiezan las buenas noticias, las oportunidades, la tranquilidad de confiar en la ciencia.

4. Nada, vacía, vacío que solo llena la tristeza.
  • Sientes que eres el sujeto de experimentación número X, un bicho raro, antinatural, y te lo repites a ti misma cada vez que ves un bebé, un carro o una embarazada andar por la calle.
  • Empiezan los segundos embarazos de tu gente allegada. Viviste con ellas el primer embarazo y ahora vives el segundo mientras tú sigues... igual.
  • "Mantente fuerte, entera, que no noten que lloras a escondidas".
  • La culpa te invade al mismo tiempo que la envidia, la obsesión y la tristeza. Tristeza en cada rincón de ti.
  • "¿Cuántos años lleváis juntos? ya va siendo hora de tener un hijo ¿no?", (pinchazo en el estómago). "Tú tranquila, eso es el estrés, verás como cuando menos te lo esperes llega" (directo a la yugular).
  • Mi consejo para todas esas personas que quieren ayudar con una frase en esas circunstancias: A veces el silencio es la mejor opción, un abrazo, un larrrrgo abrazo y un paseo en silencio ayuda mucho más que una frase hecha por mucho corazón que le pongas.

5. La vida sigue, no queda otra que seguir adelante.
  • Necesitas ponerte un plazo, una fecha en el calendario para decir basta y seguir con tu vida. Salir de este paréntesis de obsesión y cabezonería y VIVIR en mayúsculas. Vivir sin pinchazos, sin batas, sin sentir que te falta algo si no eres madre.
  • "Eres normal, eres normal, eres normal, eres normal..."
  • Ya está bien de llorar y de estar triste, ¡vamos a recordar qué era aquello que te gustaba hacer y hagámoslo!!.
  • En esta situación mis salvavidas han sido los "Plan B", todo aquello que podía hacer en ese momento y que con un bebé me hubiera resultado más complicado. Mis Plan B fueron escapadas, viajes cortos o largos. Cada vez que llegaba una fecha importante tenía mi plan B bien organizado, si llegada esa fecha seguía sin estar embarazada me daba un buen homenaje en forma de viaje: Tailandia, road trip por costa oeste de EEUU, cruceros, París, Camino de Santiago (altamente recomendable), 4 años dan para mucho viaje.
  • Poco a poco vas reconstruyendo lo que quedaba de ti, hasta que vuelves a estar entera. 
  • "No te hace falta nada más para sentirte bien contigo misma y como mujer".
  • Llega la paz, la calma y la alegría otra vez. Sigue esa espinita dentro pero no te impide disfrutar de las cosas.


Estos 5 puntos podrían parecerse a las fases del duelo (negación, ira, negociación, depresión y aceptación). Y no es que se parezcan es que son fases del duelo. Para mí pasar por una búsqueda de embarazo es estar pasando por un duelo constante.
Pérdidas y más pérdidas que no da tiempo a gestionar ni superar y que pueden terminar aislándote del mundo y hasta de ti misma.

He de decir que estas fases no son lineales, no vas pasando de una a otra en el tiempo si no que se avanza y se retrocede, un día estás bien y al otro vuelta a empezar. Cada mujer lo vive de una manera diferente pero lo que sí he podido comprobar durante estos años es que nos une ese sentimiento de pérdida cuando realmente no hemos tenido nada en nuestras manos que poder perder. Algo difícil de explicar "perder aquello que no has tenido", es por eso que nos sentimos algo incomprendidas y perdidas al mismo tiempo.

En mi caso la historia tuvo un final feliz, o más bien un punto y seguido como me gusta decir. Se me quedó un plan B organizado y pagado, un viaje exprés a Berlin con amigos al que no pude ir porque me llegó la noticia de que estaba embarazada. 

Se cumplió el topicazo, cuando ya lo dábamos por perdido, cuando ya teníamos organizada nuestra vida sin hijos y nos gustaba vivir así, cuando yo más tranquila y feliz estaba llegó el positivo.
Y para romper el mito de "fueron felices y comieron perdices" también tuve que decirle adiós a esa nueva vida sin hijos tan ideal que me había montado, con su duelo correspondiente.

Hoy en día miro a Luca y me siento agradecida de poder ser su madre y de vivir esta experiencia vital. Pero también pienso que si no hubiera llegado a nuestras vidas hubiéramos sido felices igualmente, de otra manera pero felices.  

No me siento más completa, ni más realizada, ni más feliz por ser madre. Tengo a mi hijo y ahora es lo mejor de mi vida y lo que más quiero, como es natural. Pero en el fondo sigo siendo yo, la misma de las fases, la de los altibajos, la de los planes B... sólo que con menos tiempo y más ojeras. Y ojo! que no lo cambio por nada (otro tópico), pero es que la maternidad se idealiza tanto... este es otro tema del que ya hablé en otro post y ahora no nos vamos a entretener (si quieres leer "la maternidad solo suma, pues así no me salen las cuentas" pincha aquí).

No soy fan de los consejos, soy fan de compartir lo que a mí me ha funcionado, lo que me motiva y me hace ser más feliz. Y lamentablemente no puedo hacer que te sientas mejor si estás pasando por alguna de las fases de más arriba, eso sólo lo puedes lograr tú solita. Busca planes!! planes B, C o D, los que hagan falta. Todo lo que te haga disfrutar del aquí y ahora con lo que tienes, y no centrarte en lo que no tienes, todo lo demás se lo dejamos a la ciencia que para eso está. Porque retomando la frase del principio, la naturaleza puede ser muy sabia, pero a cruel no le gana nadie.

Y recuerda que "sin dolor no hay camino" pero eso no te impide disfrutar de las vistas.

Nos vemos la semana que viene.

Besos, 
Vanesa.




noviembre 26, 2018 6 comentarios
Esta semana quiero compartir un auténtico descubrimiento para la familia.
La incorporación a nuestra casa del que ya es un miembro  más: el carrito del arte.


Desde que Luca pudo coger una pintura he intentado hacerle atractivo su rincón de crear. He ido haciendo adaptaciones en función de sus necesidades y su desarrollo. He de decir que lo de utilizar siempre un mismo sitio a Luca no le va. A él le gusta coger su mesa y sus pinceles y ponerse donde a él más le apetece en ese momento, que suele ser cerquita de mí, y yo no soy quién para interrumpir su inspiración mientras lo haga en su mesa y en el papel.

Así que claro, tenemos que cargar con pinturas de aquí para allá, sácalas de la caja, vuelve a meter...
La idea de guardar las pinturas en un cajón no me gusta ya que lo que no tiene a la vista lo utiliza menos... de ahí surgió la idea del carrito.


Tener todo el material de pintar y hacer manualidades recogido y sobre ruedas da mucho juego. El peque se entretiene mucho moviendo su carrito y ordenándolo. Luca acaba de cumplir los dos años y está en una etapa en la que le gusta el orden y es un buen momento para potenciarlo.


Pinturas tiradas por el suelo, cajones llenos de plastilina, mesas llenas de botes medio llenos de pintura de dedos y folios tirados por la habitación... ¡eso forma parte del pasado!! puedes tenerlo todo bien ordenado y a mano en el carrito del arte!!, (te lo estoy vendiendo cual voz en off de un canal de teletienda).
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Nuestro carrito del arte es de IKEA. 

Es el carro Raskog en azul oscuro y cuesta 39,99 Euros.

Medidas: 35 X 45 X 78 cm
 Yo he utilizado las tres plantas del carro de la siguiente manera.

Planta superior:



Ahí guardamos todo lo relacionado con las pinturas de acuarela, pinturas de dedos o temperas. Los pinceles y el rollo de papel de IKEA que es de lo más práctico. Te lo aconsejo 100% en lugar de malgastar folios. 



Está estratégicamente más inaccesible para Luca par evitar que coja las pinturas de dedo él solito y me haga un Miró abstracto en las paredes del pasillo.

Segunda planta:



Para rotuladores, ceras y pinturas en general. Además de pegatinas y accesorios varios de manualidades que hay dentro de la lata.


Planta inferior:



El lugar de la plastilina y sus accesorios. A Luca le encanta sacar y meter los botes de plastilina, apilarlos haciendo torres o simplemente nombrar los colores para demostrar que se los sabe, así que  tiene bien accesible todo este material.



Como ves es muy sencillo hacer un carrito del arte y me parece un regalazo para estas navidades. Es una oportunidad de hacer un regalo entre toda la familia e ir llenándolo poco a poco. 
En navidad nos solemos volver un poco locos y regalamos demasiados juguetes a los niños, juguetes que no aprecian y quedan apilados en casa, a mi parecer todo un derroche innecesario. 

Así que, ¿por qué no regalar arte y creatividad este año?, con esta idea lo tienes fácil.

Si te ha gustado y decides hacer tu propio carrito del arte cuéntamelo!! y si me enseñas fotos mejor que mejor!!

Feliz semana y hasta el lunes que viene!!

Besos,
Vanesa.


noviembre 19, 2018 6 comentarios

“… la libertad suprema, es un extremista, un viajero estético cuyo hogar es… el camino”.

Alexander Supertramp, 1992.

Somos como somos gracias a nuestras experiencias, vivencias, todo aquello que hemos leído, visto o experimentado. Existen ciertos hechos en tu vida que te marcan, puede ser vivir en un determinado lugar, conocer a personas, la muerte de alguien cercano, el nacimiento de un hijo… pero también hay pequeños detalles que pueden ser trascendentales, momentos únicos que te desvelan una pequeña verdad de la vida que antes desconocías. Eso es lo que significa para mí esta película.

¿Recuerdas el post del Manifiesto Holstee? Pincha aquí si no lo has leído. En este post hablé de cómo había cosas que me motivaban hasta el punto de erizarme la piel y encharcarme los ojos, ese nudo en el estómago que me avisa de que algo es especial y tengo que poner toda mi atención por que algo bueno va a pasar. Cuando vi esta película sentí exactamente eso.

Hace poco te conté 50 cosas sobre mí, y te dije que me quedé corta y que hubiera seguido y seguido… pues algo importante sobre mí es "Hacia rutas salvajes". La he visto tantas veces que ya forma parte de mí y de nuestra pequeña familia. Desde que conocí la historia allá por el año 1992, luego ví la película en el 2007, y hace un par de años leímos el libro de Jon Krakauer en el que se basa el film, hemos (en plural porque es algo que comparto con mi chico) ido convirtiéndonos en la familia “Supertramp”. 




Pero, ¿por qué nos gusta tanto? 
En mi intento de convencerte para que la veas si no la has visto ya, te enumero 7 razones de por qué me he enganchado a ella.

1. La historia. 

En primerísimo lugar.
Christopher McCandless es un chico de familia bien acomodada y bueno en sus estudios que un día decide dejarlo todo, renunciar a sus posesiones materiales y embarcarse en un viaje con destino a Alaska. En su búsqueda de la verdad sobre la vida y de la felicidad auténtica se va cruzando con personas y experimentando nuevas vivencias que le hacen madurar y descubrir lo que realmente es importante. Dejarlo todo por un sueño, vivir como quieres hacerlo, luchar por lo que deseas… Todo narrado en primera persona, porque  se basa en una historia real y eso hace que te enganche aun más.


2. Banda sonora.

Con todos ustedes, el señor Eddie Vedder, cantante y guitarrista de Pearl Jam. Crecí en los 90,s ecuchando a este grupo, junto con Nirvana o Soundgarden. Solo oir la voz de Eddie Vedder ya me hipnotiza. 

3. Sean Penn.

Siento gran debilidad por Sean Penn, como actor y director. Siempre me ha gustado, así sin más. Creo que le ha dado un plus de sensibilidad a esta historia.

4. Lo que hace sentir.

Minuto 12 de la película, la expresión del protagonista, puedo sentir hasta cómo viajo a esa montaña y me emociono siendo una espectadora más de la belleza de la naturaleza.

5. Las imágenes.

Esta película tiene una fotografía alucinante. Te enseño algunos ejemplos.










6. La naturaleza.

“No se puede negar que liberarte de las ataduras siempre es estimulante, nuestra mente lo asocia con escapar, de la historia, de la opresión, de la ley y de las fastidiosas obligaciones. La libertad absoluta. Y ese camino siempre lleva al oeste.”
Cita de la película.

El oeste de estados unidos es absolutamente precioso. La película te muestra un recorrido por California, Oregón y Alaska. La costa de California y Oregón, los majestuosos parques nacionales de bosques infinitos. 
Ya sabes que lo de viajar me va, y lo de visitar escenarios de pelis también. He tenido el privilegio de poder visitar esa costa y alguno de esos emplazamientos naturales. Puede que más adelante te cuente parte de este viaje por si quieres coger ideas para un road trip.

7. La filosofía.

A lo largo de la historia se cita a varios pensadores del existencialismo y sus reflexiones a cerca de la búsqueda de la felicidad. En esto cada uno tiene su propia teoría pero yo estoy con el protagonista: "la felicidad sólo es real si es compartida", y que en realidad la felicidad no está al final del camino, no te estará esperando cuando termines los estudios, ni cuando encuentres trabajo y ganes dinero, no la vas a encontrar cuando te compres una casa o cuando tengas a ese hijo que buscabas, cuando todo llega y todo pasa te das cuenta de que la felicidad era realmente el camino hacia todo eso. En los pequeños momentos rodeado de quién quieres y puedes compartirlo. 
Todo eso del viaje al mundo interior  está muy bien, pero si lo combinas con el mundo exterior y natural y encima lo compartes, no sentirás que has desaprovechado tu vida. 

¿No te recuerda todo esto al "aquí y ahora", al CARPE DIEM o a Slow life? Llámalo como quieras porque en realidad todo es lo mismo, todo se resume en la búsqueda de lo simple, en la belleza de las pequeñas cosas. Lo que intento transmitir en cada uno de los posts de este blog y que a estas alturas ya te habrás dado cuenta.

Creo que estas 7 razones son suficientes para demostrarte que debes ver o volver a ver esta película. Estar en contacto con aquello que te emociona hace que no olvides lo importante. Es por eso que cada cierto tiempo volvemos a ver esta peli, la última vez fue dentro de nuestra furgoneta durante las vacaciones, en una noche fría y lluviosa en los Pirineos, mientras Luca dormía calentito entre nosotros dos. Furgoneta que además personalizamos con este gran mensaje para seguir compartiéndolo por el  mundo.



"Happiness is only real when shared"
"La felicidad solo es real cuando es compartida"

Hemos convertido esta furgoneta en nuestro "autobús mágico" particular, y esta frase nuestra bandera.

Espero que esta semana encuentres un hueco para verla, y si es así comentes si te ha gustado, te ha inspirado o motivado en algo.
Pero sobretodo te invito a que sigas disfrutando del camino, con sus vistas, sus baches, subidas y bajadas. Al fin y al cabo el destino puede esperar si merece la pena entretenerse durante el trayecto. 

Hasta la semana que viene.
Besos,

Vanesa.
noviembre 12, 2018 2 comentarios
Se habla mucho de lo que te cambia la vida al ser madre, cambia tu cuerpo, tus emociones, hasta la decoración de tu casa cambia. Pero, ¿y qué le pasa a tu relación de pareja? Este tema merece un post enterito por que sí, tu relación cambia y mucho.

Tampoco vamos a montar un drama en plan: “un hijo termina con tu matrimonio”, bueno, habrá de todo y todo dependerá de la solidez previa de esa relación, pero que las cosas se hacen más difíciles eso es una verdad como un templo.

Los cambios en la pareja ya se empiezan a ver en el momento en que te planteas tener un hijo. Y más si ese hijo tarda en venir. Es normal que aparezcan tensiones y falta de entendimiento, hay que tener en cuenta que el hombre lo tiene más fácil en aquello de olvidarse un poco del tema, las mujeres llevamos la carga de ser las “gestantes”  y no podemos evitar observarnos a todas horas, mirar el calendario para ver cuantos días quedan para la próxima regla o cuando es el día maravilloso de la ovulación.  
Si la cosa se alarga a meses e incluso años, con sus respectivas “tú tranquila que el estrés no ayuda”, “eso es que no sois compatibles” “tú levanta las piernas después y si es luna llena mejor” pues la moral se te empieza a minar. Tampoco voy a entrar en más detalles de esta etapa por que me voy del tema, además la espera del embarazo también merece un protagonismo a parte otro día.

Foto @raulbarrero

Aquí o estáis los dos a una o ya la cosa se va al garete antes de empezar. 
El futuro padre ya empieza a aumentar sus dosis de paciencia y a temerse lo que se puede avecinar si la cosa cuaja. Y en realidad hace bien, porque va a ser espectador en primera fila de una transformación brutal. Él va a adoptar una nueva figura en casa, la de padre, pero su pareja se va a transformar en madre, en MADRE!! con lo que eso conlleva, una metamorfosis total:

1.     En primer lugar, no te reconoces en el espejo. 9 meses de embarazo, un parto y la falta de sueño han barrido toda imagen de lozanía de tu ser.

2.     Relacionado con el anterior, se te pone un humor de perros. Aunque sabes que todo volverá a su sitio (más o menos) eso a ti no te importa, lo que quieres es intuir un atisbo de persona decente cuando te miras.

3.     Dejas de ser dueña de tu tiempo, para ti todo puede esperar porque antepones las necesidades del bebé a las tuyas y aunque lo haces con todo el amor del mundo, tus necesidades siguen estando ahí.

4.     Quizás te vuelves algo despiste y se te olvida hacer la transferencia bancaria… pero pregúntame cuando es la próxima vacuna o la fecha de la revisión médica. Almacenas tanta información nueva del bebé y requiere tanta atención por tu parte que tu memoria selecciona lo que considera más importante.

5.     Temporalmente, rompes con tu “yo” trabajadora, amiga guay, novia sexy…en definitiva todos tus roles pasan a un segundo plano. Sientes que dejas de ser mujer, y piensas que la gente deja de verte como mujer, a partir de ahora eres MADRE y te sientes madre y nada más. No tardas en darte cuenta que esto no es así y que no es para nada incompatible y te sentirás más mujer que nunca, pero hasta que tú solita te das cuenta pasas una etapa en “tierra de nadie” algo dura.

6.     No eres superwoman pero sí tienes un superpoder: “alimentar a tu hijo con tu cuerpo”, y todos los superpoderes conllevan una gran responsabilidad, alimentar a tu retoño es de lo más estresante. Para ti lo más importante del mundo es que tu hijo coma, no lo entendías de tu abuela, no lo entendías de tu madre, pero ahora que te toca a ti lo entiendes más que nunca, esa ansiedad que te entra cuando ves que no quiere comer y ya le toca… ese nudo en el estómago que se te hace al ver que no abre la boca… ya puede pasar un tsunami, eso es secundario, si tu hijo no come ya no puedes pensar en otra cosa.

7.     Cansancio mental y físico 24/7. Desgraciadamente al padre la baja paternal se le termina pronto y vuelve al trabajo y a “normalizar” un poco su vida. Esto requiere que la mamá se encargue del bebé todo el día y toda la noche. Aquí no hay jornadas laborales ni una hora de salida en la que se pueda descansar. Si encima a la mamá también se le termina la baja y vuelve a trabajar... ufff uffff.

8.     Se me olvidaba otro súperpoder, el de “scanner visual”. Con un golpe de vista eres capaz de saber si a tu hijo hay que cambiarle el pañal, si ha llorado, está incómodo, tiene frío o tiene sueño. En décimas de segundo. Sí, esto es así.

Seguro que se te ocurren muchas cosas más que añadir a la lista, pero creo que queda reflejado en su mayoría el gran cambio que sufrimos las madres.

No es de extrañar que a veces nuestra pareja nos mire como diciendo “¿Esta loca quién es? ¿Y qué ha hecho con mi chica?” Ese momento lo detecto en la mirada de Samuel, en la mirada y en un suspiro profundo como para llenarse de paciencia y comprensión. Pero claro, cuando estos momentos abundan tanto que casi esa “loca” ha suplantado totalmente tu identidad la cosa se empieza a poner tensa.

Foto @raulbarrero
Para sumar puntos a esa tensión está ella… “la Balanza”. Aunque no lo creas llevas una balanza dentro, y esta balanza decide en gran medida la armonía en tu convivencia. Constantemente mides tu bienestar en parte al resultado de esa balanza y si está compensada entre lo que das y lo que recibes. Si sientes que das todo lo que puedes en casa haciendo tareas y cuidando de tu bebé pero también sientes que la otra persona con la que convives y compartes responsabilidades se esfuerza igual que tú, maravilloso, la balanza no se inclina hacia ningún lado. Ahora bien, si percibes que das más de lo que recibes, si piensas que has renunciado a más cosas de las que ha renunciado tu pareja y la balanza empieza a descompensarse, o tomas medidas desde ya o la cosa va ir cogiendo forma de bola nieve que se va haciendo más y más grande conforme pasa el tiempo. 

Como ejemplo, y con el permiso de mi Samuel que temblando está al decirle de qué iba el post de esta semana (ya sabes que te quiero amore mío). En mi caso los fines de semana son detonantes para que mi balanza se dispare. Ya sabemos que para una madre los fines de semana dejaron de existir, tienes que seguir haciendo exactamente lo mismo que a diario con el único cambio que el niño no tiene cole y tu chico no trabaja. Es normal que se hagan planes, juntos o por separado, pues a mí me cuesta muchísimo hacer planes por separado, cosa que a mi chico le cuesta menos, entiendo que trabajar toda la semana satura muchísimo y necesitas tiempo para descansar y desconectar, pero eso significa que sigo cargándome con todas las tareas del hogar yo sola. Mi mente empieza a trabajar y se empieza a calentar, empiezo a recordar todo lo que me ha molestado en los últimos días y me enfado aun más y más. 
Cuando llega a casa ya no estoy yo, está la "loca" enfadada que ya no sabe salir de su enfado y que ha estado toda la mañana acumulando argumentos mentales para echar más leña al fuego.

Y la culpa ¿de quién es? ¿Suya por no hacer más tareas en casa o mía por no pedírselo y quedarme esperando con el "es que tendría que salir de él" en la mente?.

En mi opinión la culpa la tiene la falta de comunicación y de organización, y eso es de los dos. 


Desde mi experiencia, ¿qué cosas podemos hacer que nos pueden ayudar a mantener la balanza bien compensada?

TAREAS PARA PAPÁ

- Pregunta qué puedes hacer. Es normal que creas que no hay nada por hacer porque ella lo tiene "todo controlado", créeme, siempre hay algo pendiente.

- Recuérdale lo guapa que está y recuerda todo aquello que te enamoró de ella.

- No te sientas desplazado, el amor que hay ahora en casa es tan grande que cuesta volver a encontrar nuestro sitio.

- Participa en la rutina diaria del peque, puede ser la cena, el baño o ir a dormir. El vínculo entre padre e hijo se fortalecerá y ese ratito a mamá le va a venir de perlas.

- Apóyala en sus locuras, ahora ella es diferente y más creativa, los dos hacéis un buen equipo y con potencial para pasarlo pipa juntos.

- Aumenta tu capacidad de comprensión y ten presente el gran sacrificio que ha hecho para traer al mundo a vuestro peque. Y si eso no funciona, échale la culpa a las hormonas...

TAREAS PARA MAMÁ


- Pide por esa boquita y no te guardes las cosas, nadie es adivino.

- No te olvides de los pequeños gestos de complicidad en pareja, un beso antes de ir a dormir, un abrazo cuando menos se lo espera...

- Deja al peque con los abuelos más a menudo y date un homenaje parejil, aunque sea ir al cine y a dormir.

- Si notas que tu balanza empieza a descompensarse, háblalo y organizaos mejor.

- Tanto si has empezado a trabajar como si no, recupera poco a poco tu "yo" anterior, como amiga, compañera, novia sexy... sigues siendo madre pero también eres mujer, no lo olvides!!

- El deporte siempre viene bien, y limpiar no cuenta como ejercicio físico.

Sobretodo, y esto va para los dos, quererse mucho, si hay amor del bueno los obstáculos se saltan con más fuerza y todo lo superado nos parece hasta cómico. No tardéis en poner de vuestra parte para mejorar la situación si creéis que vuestras posturas se alejan.
Si habéis llegado al punto perfecto de coordinación y comprensión y todo va sobre ruedas perfecto, es el momento de darle un hermanito al peque y volverlo todo patas arriba otra vez jajaja, es broma.

Y si crees que tu relación no se ha visto afectada por la maternidad y todo es fantástico y maravilloso, enhorabuena porque eres del grupo de la excepción (dímelo en los comentarios porque no conozco a nadie en persona).

Así que esta semana: observa tu balanza y ponla al día, organiza un plan chulo para los dos solos, aprovecha el frío para achucharos más en el sofá y miraos más a los ojos y menos a las pantallas, yo voy  a intentar hacer lo mismo.

Besos, 
Vanesa.




noviembre 05, 2018 4 comentarios
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¡Hola! Soy Vanesa, una mamá novata de trentaitantos a la que le gusta disfrutar de las pequeñas cosas siguiendo un ritmo slow e intentando llevar mi maternidad con calma. Me chiflan las cosas bonicas, la fotografía, la comida (sin carne please), los planes en familia y andar en furgo recorriendo el mapamundi.


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