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Suave California

Tu casa es tu templo, tu rincón de paz. Vuelves a ella con ganas después del trabajo, te imaginas tumbada en tu sofá viendo una peli tranquila y te da hasta un cosquilleo de felicidad al pensarlo. 
Pero luego llega la realidad, que no tienes tiempo ni para disfrutar de tu hogar. Acabas tan exhausta que directamente te duermes, y si tienes tiempo te pones a recoger, limpiar, planchar... Porque mantener una casa ordenada y limpia requiere de mucho trabajo, y si además viven niños puede llegar a ser muy frustrante y un ladrón de la calma, también.

Ya hemos hablado que un aspecto fundamental dentro de la filosofía Slow es mantener tu entorno ordenado, sencillo y con pocas cosas. Pero, ¿qué pasa si para conseguir esto tengo que ir estresada? 


Curiosamente, yo ahora es cuando más tiempo tengo al estar de excedencia en mi trabajo. Mis tardes están sagradamente dedicadas a mi pequeño, lo que quiere decir que tengo cinco mañanas libres para mantener mi casa en condiciones, hacer deporte y escribir en el blog. Parece poca cosa, pero os puedo asegurar que no me da tiempo a todo lo que quiero hacer. Reflexionando mucho llegué a la conclusión de que la cosa está clara, la solución para llevar una vida más calmada no es disponer de más tiempo si no de saber gestionarlo bien. Llevo semanas pensando que no me organizo de manera eficiente y pierdo mucho tiempo en tareas simples que me impide realizar las que realmente quiero hacer. Es algo que me estaba empezando a afectar así que me he puesto manos a la obra.

Empecé a buscar blogs sobre orden en casa (qué mejor que buscar asesoramiento profesional). Y me acordé de Alicia Iglesias. A Alicia la vi por primera vez en Womprende dando una conferencia y su personalidad me cautivó (cuantas cosas ha hecho esta mujer en la vida por Diós), así que decidí echar un vistazo a su blog. En sus publicaciones puedes encontrar un montón de trucos y de información sobre orden y limpieza, empiezas a leer y ya no puedes parar. Yo he hecho un pequeño análisis de lo que en este momento debería cambiar en mi situación y he reducido toda la información en 5 simples trucos que me están cambiando la vida. Me vuelvo a levantar con ánimo y energía cada mañana y me veo capaz de hacer muchas cosas en menos tiempo que antes.

Sin más dilación, lápiz en mano y apunta, porque esto lo tienes que aplicar sí o sí:

1. Crear rutinas. 

Lo pongo primero porque se lo merece. El rey de los cambios y lo que me ha hecho sentirme mucho mejor.
A decir verdad empecé a cambiar algo mis rutinas antes de ojear el blog de Alicia, y comprobé como ella lo recomienda en casi todas sus entradas (no iba mal encaminada).

En concreto, las nuevas rutinas que he introducido y me van de perlas:

- Levantarme antes. Así de simple. Empecé por levantarme 5 minutos antes para desayunar tranquila, y ahora me levanto 45 minutos antes que me dan para meditar, hacer estiramientos, desayunar, preparar a Luca para ir al cole, hacer las camas, fregar y ordenar la cocina y hasta pasar la mopa. Todo eso antes de las 9. Para mí es todo un logro considerando que dormir es una de las cosas que más me gustan en esta vida.

- Dejar la casa recogida antes de salir por la puerta y antes de ir a dormir. En esto me estaba relajando demasiado y luego se me acumulaba la faena hasta el infinito. Simplemente gestos como plegar las mantas y colocar bien los cojines antes de acostarte (por mucha pereza que dé). Y por las mañanas, antes de irte, airear la casa y hacer las camas, recoger los cacharros de la cocina, guardar el estropajo y bayeta. Aunque no te lo creas, la sensación de ver los espacios recogidos sin cosas por el medio da mucha tranquilidad y paz mental. Con estos pequeños gestos mantienes los espacios ordenados casi sin esfuerzo, al entrar en casa da la sensación de limpieza y a mí esto me da mucha calma.

2. Planificación. 

Me he dado cuenta de que la planificación es imprescindible hasta en la limpieza. He tenido que luchar en contra de mi naturaleza de "ir sobre la marcha" porque luego voy literalmente "de culo".
Coger una libreta y hacer un plan de orden y limpieza de lunes a viernes  y otro con las tareas mensuales. Con todas las tareas que hay que hacer.
Por ejemplo, el cambio de sábanas y toallas es fijo de los viernes. Ya sé que los viernes voy a poner una lavadora de ropa blanca, con lo que me organizo el tema de la colada para ahorrar energía  no poniendo lavadoras de más.
O el tema del aseo, si me pongo dos días fijos a la semana de darle una pasada de 5 minutos (sí sí 5 minutos) me ahorro limpiarlo a fondo todas la semanas.
Planificar te ayuda a gestionar el tiempo de manera real y eficaz, y da paz mental porque no llevas mil cosas en la cabeza por hacer, que luego no haces ni la mitad con lo que te sientes culpable. No confíes en tu memoria, por que se te van a olvidar cosas y lo sabes. Si planificas bien, siendo consciente del tiempo que tardas con cada cosa serás capaz de llevar las cosas al día y no acumular tareas (mi gran punto débil, me encanta dejar para luego...).

3. Productividad my friend.

Para muchas personas limpiar es un trabajo y debería tratarse como tal. Lo que hago para tomármelo en serio es en primer lugar dejar el móvil, me pongo tiempos para mirarlo porque si no me desconcentra hasta un punto inimaginable. Por ejemplo, si llevo el móvil encima mientras estoy limpiando lo miro para comprobar si me llaman del cole de Luca y veo que me ha entrado un correo nuevo, lo abro me pongo a contestar y de paso veo las notificaciones de las redes sociales a las que también contesto, me doy una vuelta y sin comerlo ni beberlo he perdido 15 minutos de mi tiempo en esta chorrada, tiempo suficiente para limpiar los dos aseos de mi casa. Mejor dejo el móvil fuera de mi alcance durante el tiempo que esté ocupada y silencio las notificaciones (que las carga el diablo).

Los viajes a ninguna parte... ¿esto que es? pues los viajes tontos que haces por tu casa de una habitación a otra que te hacen perder muchísimo tiempo. Léase el ejemplo: estás recogiendo el salón, coges una sudadera del peque y la llevas a su habitación, por el camino recoges una pelusa y la llevas al cubo de basura, te das cuenta de que no has fregado el biberón, lo friegas, vale sigues con el tema de la sudadera, vuelves a la habitación del peque y te das cuenta que hay que plegar ropa, la pliegas y guardas y de paso organizas el cajón de los pijamas, ordenas los cuentos y te vas a apuntar a la lista de la compra pañales porque has visto que faltan, pasas por el aseo y te da un olor raro, te tiras un rato indagando y decides limpiarlo con lejía por si las moscas. Cuando te das cuenta ha pasado una hora y el salón sigue sin recoger, era la tarea que te tocaba hoy y te tienes que ir. ¿Te suena?, ¿cómo la podría haber evitado? pues dejando la dichosa sudadera en la puerta del salón colgada de la manivela y llevarla una vez que quede recogido el espacio y tenga que ir a la habitación del peque de verdad. Estos viajes a ninguna parte a mi me desorganizan muchísimo y tengo que obligarme a ser más consciente de lo que estoy haciendo, porque como ponga el piloto automático me pierdo...

4. A la caza y captura de los "agujeros negros".

Como dice Alicia en su blog, "las cosas atraen cosas". Estos "agujeros negros" se sitúan en puntos estratégicos de tu casa de fácil acceso y son los puntos en los que se acumulas cosas: papeles, pilas, gomas del pelo, chicles, pequeños juguetes y todo lo que te puedes imaginar. En mi caso son agujeros disfrazados de cestas, en las que acumulamos las cosas que no sabemos dónde guardar.
Sólo hay una manera de acabar con ellos y es eliminándolos de raíz. Te sientas y vas vaciando la cesta sin piedad, repito, sin piedad. Tiras lo que no sirve y guardas lo imprescindible para vivir, y no hay más. Luego te deshaces de la cesta o te perseguía para siempre.
Es una experiencia totalmente adictiva, una vez que eliminas una ya no puedes parar. Se te queda una paz mental y un alivio en el cuerpo que ¡engancha!. Pero ¡ojo!, que los agujeros negros vuelven y tienden a aparecer en el mismo sitio donde estaba la cesta (maldita ley de la atracción), no hay que bajar la guardia o te verás inundada otra vez de facturas viejas y publicidad caducada de Carrefour.

5. Crea un rincón mágico para ti. 

No todo va a ser pelear, ha llegado la hora de lo bonito (aunque si cambias el chip puedes llegar a disfrutar de las tareas de casa y sentir auténtica satisfacción).
Me gusta pensar que mi casa está viva, que hay que mimarla y alimentarla. No tengo muebles caros y no me gasto mucho dinero en decoración porque no quiero tener mucho apego a cosas. Me gusta cambiar, redecorar, buscar funciones a los rincones y si no me convencen los cambios pues tirar, reciclar o regalar sin dolor ni pena. Tengo en mente dos cambios en mi casa, uno es decorar la pared principal del salón, y otro, terminar de decorar el despacho nuevo. Este último es mi rincón mágico, paso mucho tiempo en el ordenador y me gusta tener el espacio bonito con cosas que me produzcan sensaciones y me remuevan por dentro. Lo que quiero conseguir es un estado inmediato de "tranquilidad" y buenas vibraciones con solo estar en estos espacios. Es algo que me ilusiona muchísimo, me pongo a pensar qué es lo que puede encajar, los colores, incluso las flores que voy a comprar. Es algo que me hacer sentir bien, y lo que  a una le hace sentir bien hay que hacerlo a menudo. Si te apetece iré compartiendo mis avances en mi rincón mágico de casa.


Hasta aquí los 5 cambios milagrosos que me están dando energía y buen rollo con las tareas del hogar.
Te aconsejo cien por cien que las pongas en práctica y verás lo rápido que acuden los pensamientos positivos y la calma.
Mi consejo es que analices tus hábitos y veas en que puedes mejorar, sé sincera contigo misma y ríete mucho de lo desastre que puedes llegar a ser, son solo eso, hábitos, y los hábitos se pueden cambiar, solo hay que ser constante. Busca ayuda si no puedes y comparte tareas con quién convivas que para eso vive en casa también.
Recuerda que menos es más, no acumules cosas y más cosas, mente despejada en casa despejada.

Y no te olvides de pasarte por el blog de Alicia www.ordenylimpiezaencasa.com, verás como cambia tu perspectiva en cuanto al orden y la limpieza en casa.

Nos leemos la semana que viene, gracias por estar ahí.

Besos,
Vanesa.
marzo 25, 2019 No comentarios
Come, reza, ama ... ¿Te ha venido a la cabeza Julia Roberts en la peli verdad? Pues te diré que esta película lanza varias claves para llevar una auténtica Slow life.
Todo empieza en Italia con su "Dolce far niente" y su momento disfrute culinario de la comida italiana, continúa con un viaje interior por India haciendo alarde de la vida sencilla, y termina en Bali encontrando el amor cuando menos lo buscaba y cuando la paz ya inundaba su vida gracias a las nuevas rutinas o "rituales".

¿Qué es lo que le falta a la película para ser auténticamente Slow?
¡Exacto! una furgoneta.

No hace falta un par de años sabáticos viajando por el mundo ni conocer a Javier Bardem para llevar una vida Slow, todo es mucho más sencillo (y económico) que eso. Incluso te he contado en otro post cómo podemos llevar una vida más Slow con unos sencillos pasos.

Pero me he dado cuenta de que nuestra manera de viajar, de disfrutar del tiempo libre también nos puede ayudar a tener una vida mucho más plena y consciente. Y aquí entra en escena mi querida furgoneta. Se habla mucho de lo bonito que es viajar así, incluso es muy "Pinterest", pero de lo que no se ha hablado aún es de los beneficios que aporta si lo que quieres es llevar una vida con más calma.


¡Por que sí amiga/o!, viajar en furgo ayuda a llevar una Slow life y te lo voy a demostrar con 5 razones contundentes.

¿Cómo viajar en furgoneta te  puede ayudar a llevar una Slow life?

1. Viajar en camper ralentiza la velocidad de los viajes.

Hace unos años hicimos un crucero por el Mar Mediterráneo, ¿suena romántico verdad?. La sensación que me viene a la cabeza cada vez que recuerdo ese viaje es de auténtica angustia. Madrugones a las 5 de la mañana para ponerse a la cola de una excursión, empujones para subir a un bote, horas de autobús, guías soltando discursos atropellados en medio de Florencia, estar rodeada de la más absoluta belleza pero sin tiempo para poder contemplarla, ni comer a gusto, todo fue correr, correr, correr!!.
Recuerdo ver el barco lleno de familias con niños, someter a los pequeños a semejantes condiciones me parece una barbaridad.
Cuando viajas en tu furgoneta tienes libertad para parar donde quieres, y si te gusta el lugar modificar tu ruta y quedarte un poco más. Tú eliges, es tu viaje, es tu sueño, no dejes que las prisas lo estropeen. Ay! si en lugar de ese crucero hubiéramos recorrido Italia en la California... otro gallo nos hubiera cantado.
Me están entrando unas ganas de una ruta por la Toscana en furgo...


2. Conectas con gente Slow.

"Si estás buscando el amor de tu vida, para, te estará esperando cuando empieces a hacer las cosas que amas" Manifiesto Holstee.

Nunca dejas de aprender, ni de establecer conexiones con la gente que te rodea. Eres libre de rodearte de quién quieres pero ten en cuenta que la gente de tu alrededor ejerce una gran influencia en ti y en como te sientes. Así que vale la pena contagiarse de gente positiva, con energía y con unos valores parecidos a los tuyos, de la que aprendas cosas y te empujen hacia la aventura. Y en este mundo hay de todo, pero si alguien viaja en furgo tiene muchas papeletas de ser alguien que quiera romper con la rutina de una manera más natural y consciente.
Así que tú eliges, ¿qué compañeros quieres para tu viaje?.

3. Slow Food. El concepto.

En 1986 Carlo Petrini escribió el libro Slow food a modo de protesta por el rápido crecimiento de las cadenas de comida rápida. Nació con él un movimiento que más tarde se convertiría en toda una filosofía de vida, la Slow life.
No hay nada más "Slow Food" que un día cualquiera de salida en furgoneta. Poner las mesas con un mantel bonito, preparar la comida con tranquilidad con los productos frescos que has comprado puede que en un mercado de un pueblo cercano, abrir un vino y charlar mientras cocinamos. Terminar con un par de horas de sobremesa divagando entre conversaciones y risas, sin televisión ni más distracción que la buena compañía y la comida, que sorprendentemente está más rica. La hora de las comidas se convierte  un ritual de reunión del que aprendes a disfrutar, un momento para desconectar y volver a conectar con tus sentidos más primarios.

4. Aprendes que la felicidad está en las pequeñas cosas. 

Analizando un poco las cosas que me hacen feliz me doy cuenta de que en realidad son pequeñas cosas como dar un paseo por la montaña, encontrar rincones con encanto, hacer escapadas y descubrir sitios nuevos, ver una peli junto a alguien especial, sentarme frente al mar y cerrar los ojos, desayunar fuera de casa, comerme un buen plato de pasta con tomate. Y ahora que soy madre mi felicidad va unida también al bienestar de mi hijo, sentir que él está bien me hace inmensamente feliz. Todos estos pequeños trozos de felicidad y muchos más caben en una furgo, y no me había dado cuenta hasta ahora.


5. La mejor terapia anti estrés, una mesa de experimentación natural.

¿Te das cuenta de que cada vez hacemos menos cosas con las manos? Está comprobado que actividades como la jardinería, la alfarería o la costura transmiten paz, relajan nuestro ritmo acelerado al vernos obligados a parar y concentrarnos en esa tarea artesanal. Incluso ahora están muy de moda tener en casa mesas pequeñas destinadas a la experimentación de los niños en las que pueden aprender a través de los sentidos manipulando las distintas texturas. Pues bien, con una furgo puedes tener la mejor mesa de experimentación del mundo como es jugar en el barro de verdad,  comprobar como cambia el paisaje natural por el paso de las estaciones del año. Hacer trasvases con arena, piedras, lentejas, garbanzos y todo lo que se te ocurra para mejorar la motricidad fina ensuciándote lo que quieras. Para qué quieres "slime" fluorescente si podemos hacer un volcán de verdad con tierra, piedras y palos.
Además, una furgoneta tiene muchísimas posibilidades para poner en práctica tu lado más creativo y artesanal, saca tu lado "camping decor" que llevas dentro para ponerla bonita y acogedora, no hay límites en este tema y si no echa un ojo a la revista Furgosfera.

Siempre he soñado con un suelo hidráulico como este, ahora lo tiene mi furgo. 

Todos tenemos un interruptor en el cerebro que hace "Click". A menudo está en modo off, vivimos haciendo las cosas de siempre, comiendo los alimentos de siempre, oliendo las fragancias de siempre. Nuestra rutina es trabajo, casa, niños, dormir (el afortunado) más trabajo y trabajo... ops! llegan vacaciones, voy a la agencia a ver los destinos top 5 de moda que me ofrecen y ya elijo lo que me pueda permitir. Nos mantenemos en esta espiral porque estamos a gusto, cómodos. Pero hay veces que percibimos algo que hace que se nos erice la piel, puede ser un paisaje que te transmita una sensación nueva, el recuerdo de algún lugar que visitaste de niño, un olor que se funde con tu imaginación y te transporta sin querer, te dejas llevar... A menudo la espiral nos absorbe y salimos de ese estado de ensoñación y piensas:" menuda locura la que tenía en la cabeza", pero algunas veces, tan sólo en unas pocas resuena ese "click" que hace que quieras cambiar tu  mundo y salir de la espiral, y por fin te lanzas a hacerlo.

He perdido la cuenta de las veces que me han peguntado, "¿por qué una furgoneta?" "¿no os da miedo con el niño tan pequeño?""yo también me lo he planteado pero al final nos echamos para atrás".

Cuando decides hacer caso a ese click del que hablábamos te aseguro que pasan cosas maravillosas. Así es como decidimos nosotros vender nuestro coche y comprar una furgoneta para viajar en ella. Nos pasamos al lado loco del viaje, nos hicimos viaje. Para mí eso es viajar en furgo, fundirte con la naturaleza y no ser meramente un espectador.



Espero que este post te haya hecho "click" y te unas a llevar una vida más Slow, y si es en furgoneta mejor que mejor. Si todavía no has leído el post sobre Slow life pincha aquí. Y empecemos a vivir con calma.

Nos leemos la semana que viene, gracias por estar ahí.

Besos,

Vanesa.
marzo 11, 2019 1 comentarios
Junio 2010

"Hoy me he levantado con una sensación rara, tengo como un nudo en el estómago, no pasa nada, cojo la chaqueta y me voy a trabajar. Sigo sintiéndome mal, ahora tengo nauseas, ¿me habrá sentado mal el desayuno?, ahora no puedo perder el tiempo en ir al aseo, tengo que seguir trabajando. ¿Pero qué me pasa? veo borroso, me cuesta respirar, me ahogo, ¿llamo a alguien?, ahora no puedo y tengo que seguir trabajando. No me puedo levantar de la silla, lo veo todo blanco, cada vez siento más angustia. Y ahora no puedo dejar de llorar... ¿pero qué me pasa?."

Me pasó que tuve una crisis de ansiedad y terminé en urgencias del hospital. Yo, la de fama de tranquila, a la que no le afecta nada pero lo lleva por dentro. Yo, "la psicóloga" como si estudiar algo te  hiciera inmortal. Pues sí, yo misma tuve ansiedad durante un tiempo y sé lo mal que se pasa. Y podría decirte que lo superé y no volví a recaer pero te mentiría, la misma bola me absorbió otra vez aunque fui capaz de decir basta a tiempo.
Mi experiencia me ha llevado a plantearme la vida de otra manera, con más calma. Y desde que saboreo cada minuto soy más feliz, con mis altibajos como todo el mundo, pero estoy más satisfecha con mi vida y eso es lo que quiero transmitirle a mi hijo y de paso plasmarlo en este blog por si te sirve de ayuda a ti también.

Ya hablamos en el anterior post de esta sección de maternidad con calma de que la calma empieza en nosotras y de la importancia de sentirnos tranquilas para poder transmitir esa tranquilidad a nuestros hijos. El primer paso siempre empieza por nosotras mismas, y aunque no hagamos nada más para trabajar la calma en casa, simplemente con estar más calmados nuestros peques ya se van a sentir beneficiados.



Supongo que a estas alturas ya habremos detectado y detenido a nuestros ladrones de la calma. Si es así te doy la enhorabuena, ya sólo con saber qué es lo que te pone de los nervios tenemos más de la mitad del trabajo hecho.
Reconocer nuestras propias emociones es un logro y conocer el origen ya es de máster del universo. O si no, ¿cuántas veces te has encontrado mal y no sabes realmente por qué?, difícilmente podremos solucionar un problema si desconocemos las causas.
Sea cual sea el punto en el que estés hay cosas que podemos hacer para cultivar la calma en casa con los peques. Pequeños gestos que poco a poco se integren en nuestro hogar y sean el germen de un hogar tranquilo. Cuando digo tranquilo no digo perfecto, no te creas que esto va a ser a partir de ahora un anuncio de perfume francés, todo lleno de flores y pétalos, ni vas a flotar entre salto y salto de purpurina. Seamos realistas, nuestros hijos seguirán teniendo rabietas, harán trastadas, se pelearán y los problemas seguirán estando ahí. Pero yo elijo tomarme todo eso como algo normal y evolutivo, aprender de cada rabieta y antes de desbordarme parar, pensar y si no estoy preparada ese momento, esperaré para actuar más tarde. Decido no entrar más en el bucle de hostilidad y que los nervios o la ansiedad decidan por mí. Mi enfado no va a castigar más a mi hijo, será su actuación lo que decida la consecuencia y no mi estado de ánimo.

Para poder integrar mejor los conceptos y para hacer cosas prácticas desde ya, vamos a trabajar en bloques:

- Hábitos y rutinas.
- Actividades para centrar la atención y el pensamiento.
- Cómo poner normas y límites desde la calma.
- Educación emocional, la calma también se educa.

Hoy me voy a centrar en el primer bloque relacionado con los hábitos en casa. Y a lo largo de las siguientes entradas de la sección continuaré por los apartados restantes. Para construir primero debemos tener buenos cimientos, luego ya pondremos los ladrillos.

Te voy a hacer  una pregunta, ¿reconoces tener algún hábito o manera de hacer algo porque tu madre/padre lo hacía así?, y no estoy juzgando el valor, puede ser algo bueno o malo. Porque no sólo aprendemos de nuestros padres las cosas buenas como la paciencia, el orden o la constancia. También aprendemos a resolver los problemas improvisando y a menudo nerviosos, a vivir con prisa, a competir a toda costa, a sufrir si no está perfecto, a gritar y no pedir pedir perdón...
Deberíamos reflexionar más a cerca de lo que enseñamos con nuestros propios hábitos, en cómo nos comportamos en casa, como nos tratamos entre nosotros y sobretodo y lo más importante, cómo me trato a mí misma. Creo que es más importante enseñarles a tratarse mejor a sí mismos y no tanto a compartir el dichoso juguete en el parque. 

Es interesante analizar qué hábitos realizamos de manera cotidiana porque nos gustan o porque los hacemos por inercia. ¿Realmente nos benefician nuestros hábitos o puede que debiéramos cambiar algo?.
Algo muy crucial sobre los hábitos, si queremos introducir alguno nuevo debemos ser conscientes que para instaurarlo hay que ser constante. Como su nombre indica, un hábito es una acción que se hace de manera HABITUAL y no esporádica. Así que lo tendremos que repetir todos los días y en el mismo orden si queremos que forme parte de nuestra vida.
A continuación te muestro unos ejemplos de hábitos que hacen un entorno más favorable a la calma en nuestro hogar.

Hábitos de calma para nuestras relaciones.

- Saludarnos y despedirnos. La importancia de los besos.
Parece algo obvio, pero igual de importante es el beso de bienvenida como el de decir hasta luego, buenas noches, o hasta que nos veamos al salir del cole. Sobretodo cuando son peques, no los engañemos cuando nos vamos a ir para evitar que lloren. Deben aprender a que las despedidas cierran una etapa y empieza otra. Y qué mejor gesto que acompañarlo con un beso, los besos son mágicos, curan las pupas, piden perdón por tí, relajan, sirven para celebrar y para consolar. Y encima son gratis!


- Hablarnos sin gritar. 
Sí, aunque estemos enfadados. Una cosa es un grito para llamar su atención porque corre peligro de hacerse daño y otra es gritar por que yo estoy enfadada. A veces gritamos tanto que pierde su efecto de "alerta" con lo que tenemos que gritar más y más. Si el niño nos grita le contestamos con un grito más fuerte, porque yo soy mayor que tú y porque puedo. En efecto, soy mayor que tú, por eso elijo agacharme hasta tu altura y con tono sereno preguntar ¿qué es lo que pasa cariño?, respirar hondo, trabajar saliva y esperar a ver cómo podemos solucionar el problema. Con esa actitud le estaremos enseñando un gran modelo de conducta para afrontar las crisis. 

- Preguntarnos cómo estamos.
Cuando nos juntemos en casa nos preguntamos qué tal nos ha ido el día, cómo nos sentimos, si nos ha gustado el rato del parque, si estamos bien, podemos empezar con términos básicos y poco a poco ir ampliando el vocabulario emocional. 
Por ejemplo, a veces decimos "tranquilo" esperando a que se tranquilicen pero ellos no tienen por qué saber el significado de esa palabra. En eso también debemos educarles, cuando estemos en una situación tranquila y serena le diremos " mira, ponte una mano en la barriga, ¿ves lo lento que respiramos y lo a gustito que estamos? esto es estar tranquilo, vamos a pensar otras situaciones en las que estamos tranquilos".

Hábitos de calma para nuestro hogar.

- ¡Orden en la sala!
No pido que esté limpio escrupulosamente, pero sí ordenado. El orden da paz mental y ahorra tiempo, si cada cosa está donde debe estar. Un buen hábito es el de recoger juntos, sin órdenes, si no como algo que está integrado en nuestra vida, terminamos de jugar, a recoger; terminamos de bañarnos, a recoger; terminamos de cenar, ¿y ahora qué?... exacto! a recoger.

- Rutinas.
Nos podemos saltar muchas cosas pero hay otras que no deben ser negociables. Podemos terminar de pelea cada dos por tres porque hoy ha decidido no vestirse, o no desayunar, o no quiere volver del parque. Nos ahorraremos mucha tensión si hacemos rutinas marcadas, por ejemplo, lavarnos las manos antes de las comidas y al venir del parque. Lo vamos a hacer siempre igual, nos ponemos un cartel si hace falta. Compramos la espumita de manos de olor a melón de Mercadona y nos vamos bailando la conga hasta el aseo cantando la canción de... " con jabón de melón de melón melón melón melón, melón, con jabón! (esta rutina es de Luca y mía y así he conseguido que se lave las manos con gusto y entre risas sin rechistar).
Otra rutina es la de dormir, siempre (o la mayoría de veces) hacemos las mismas cosas y en el mismo orden, y no es negociable. Por experiencia sé que si empezamos a cambiar las actividades o los horarios de dormir la cosa acaba como el rosario de la Aurora. Así que si un día no quiere dormir, no pasa nada, sabe que no es negociable y que va a haber enfado y lloro hoy, pero sé que mañana y pasado no lo va a intentar porque ya conoce cual va a ser mi respuesta, calmada pero FIRME.
Las rutinas dan orden, dan seguridad, a veces enfadan pero nos ayudan a que el niño sepa qué es lo que viene a continuación, le ayuda a estar más calmado. En definitiva, las rutinas son nuestras amigas! Alíate con ellas porque nos van a ayudar mucho en esto de la tranquilidad.

Hábitos de calma para nuestro tiempo juntos en casa.

- Rituales Slow
De obligado cumplimiento, ya lo sabes. Y tan importante es que tengas un ritual con el peque como tú a solas. Un ritual que practico con Luca y que me encanta es bañarme con él, lleno la bañera de espuma y cojo nuestros jabones preferidos, pongo velas, hacemos pompas, nos hacemos peinados raros con el champú y nos reímos bien a gusto.
Otro ritual es pintar mientras escuchamos música, a Luca siempre le han gustado los Beatles, pero para relajarse Xavier Rudd es el rey.



- Respirar 
¿Has respirado hoy?, qué pregunta más estúpida dirás. ¿Te acuerdas del relato sobre mi experiencia de ansiedad del principio?, una de las cosas más desagradables de la ansiedad es sentir que te falta el aire, empiezas a hiperventilar porque necesitas más aire pero justo consigues el efecto contrario. Menuda faena, entonces ¿qué podemos hacer?, aprender a respirar de manera consciente, hinchando bien nuestros pulmones y entrenando nuestro diafragma para que sea más elástico y nos permita coger el aire que queramos, cuando queramos y al ritmo que queramos. Pero ¡ojo! esto es un entrenamiento, no puedes pretender utilizarlo cuando estás nervioso porque no sirve para nada si no has practicado antes, por eso es tan importante adoptar esta técnica como hábito a diario, así la tendremos como herramienta cuando nos haga falta echar mano de ella.
Un buen momento para entrenar con nuestros peques es cuando ya estén relajados para irnos a dormir, haremos tres respiraciones profundas con ellos:
-"Mira como hincho la barriga, cojo aire por la nariz leeeeeennnntooooooooo, y lo suelto como cuando hincho un globo pfffffffffffffffff... qué tranquilos y a gustito nos quedamos".

- Juegos.
¿Te has planteado cómo juegas con tu hijo? ¿Juegas de verdad o finges estar ahí mientras piensas en otra cosa mirando de reojo el móvil? "El que esté libre de pecado que tire la primera piedra". A todos nos pasa, pero a partir de ahora cuando detectes esto por favor, deja el móvil en otra habitación, presta toda tu atención a lo que estás haciendo, abandónate y simplemente juega, disfruta del momento, tírate al suelo, grita, haz el león o de capitán Garfio. Slow life my friend, disfruta de las pequeñas cosas de la vida, y jugar con tu hijo es un gran placer si lo vives como tal. Además, jugar con ellos tiene muchas ventajas que refuerzan nuestro vínculo familiar. Es un escenario perfecto para ser sus modelos de conducta a la hora afrontar las situaciones con calma. Podemos aprovechar el juego para provocar pequeños conflictos y resolverlos con calma con ellos (primero paramos, respiramos profundo y pensamos en cómo resolver). También nos ayuda a habituarnos a organizar el juego juntos y recoger después (siempre de la misma manera).
Estoy preparando para el siguiente post una lista de actividades "slow" y de mejora de la atención, pero quiero enseñarte un juego que me ha llegado recientemente y que nos puede servir para jugar de una manera consciente trabajando la atención y la lógica de nuestro peque. 
Se trata del Juego "Bunny Boo" de la marca Smart Games. Me gusta mucho porque se le puede sacar mucho partido y es de muy buena calidad.



Esta semana te iré enseñando por Instagram como juego con Luca, pero no quería perder la oportunidad de enseñarlo hoy porque si lo quieres tienes un 10% de descuento tanto en este juego como en cualquier otro de la página de cerebritoperez.com utilizando el código de descuento SUAVECALIFORNIA.

Para terminar, una reflexión.

"Ir más despacio". Así se titula la carta que todos los años envía a los nuevos alumnos la prestigiosa universidad de Harvard. Harry Lewis, decano de la escuela para estudiantes no graduados de esta universidad decidió en el año 2001 concienciar a los jóvenes de la importancia de parar, de hacer menos cosas pero hacerlas bien, de saborear los años de universidad y sacarles todo el partido. Y  no se lo sacó de la manga porque le apeteciera, vio una auténtica necesidad de transmitir este mensaje al observar  a chavales estudiar dos cursos por año, cargarse la agenda de extraescolares y vivir más deprisa de lo que les permitía el cuerpo. 
"El tiempo desocupado no es un vacío que deba llenarse, es lo que te permite reordenar de manera creativa las demás cosas que están en tu mente, como un cuadro vacío en el rompecabezas 4x4 que te posibilita mover las otras quince piezas a su alrededor" - Palabras textuales del decano - Menos es más.

Eso es lo que te deseo para esta semana, menos cosas pero más importantes, más rituales slow, más besos, mas respiraciones leeeeentaaaaassss y tiempo de calidad con nuestros peques.

Gracias por estar ahí, nos leemos la semana que viene.

Besos, Vanesa.


marzo 04, 2019 No comentarios
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¡Hola! Soy Vanesa, una mamá novata de trentaitantos a la que le gusta disfrutar de las pequeñas cosas siguiendo un ritmo slow e intentando llevar mi maternidad con calma. Me chiflan las cosas bonicas, la fotografía, la comida (sin carne please), los planes en familia y andar en furgo recorriendo el mapamundi.


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Adaptado con por Aubrey and me