Maternidad. Bienvenida al mundo de la culpa.

Escrito por - octubre 07, 2019


Tal cual, así como suena, EL PUÑETERO MUNDO DE LA CULPA.
Aun a riesgo de sufrir envestidas por mamás que no estén de acuerdo conmigo, ya sabes que a veces lo políticamente correcto se queda corto y hay que echar valor para expresar lo que una siente, aunque suene mal.

Es curioso como la maternidad evoluciona contigo. Al principio experimentas la explosión en toda la cara con comité de bienvenida incluido. Cuando le vas cogiendo el aire sufres el enamoramiento más dulce olvidándote de todo, todos y toda tú, que también hay que decirlo. Cuando a tu pequeño le van saliendo alas y cada vez te necesita menos lo que echas de menos es volver a sentirte tú, aunque hay un pequeño problema:

-"Vale, niño adaptado en el cole, asuntos de casa más o menos en orden, marido más o menos en orden, bancos, trabajo, compra, familia... se me olvida algo... siempre me pasa igual...¿qué era?... ¡ah! sí: YO".

Porque si necesitas un rato para ti te guardas las ganas, siempre hay algo más urgente que hacer ya sea trabajo, tareas del hogar o reuniones varias. Y mira que te obligas apuntándotelo en la agenda y todo, pero la sensación de CULPA no la tapa ni el subrayador más potente del mercado.

Te sientes culpable de pensar en ti primero. Parece mentira pero en la sociedad aun está bien visto ser (o mejor dicho aparentar) una mujer mártir que lo da todo por los demás, que no sufre ni padece, que todo le parece bien. Ser "una cosa" que funciona de manera puntual y correcta es lo más aceptable. Porque la que se queja y lucha es una "feminazi" y la que sigue el canon es una "machista" antigua. Hagas lo que hagas hay etiqueta, como si hubiera sólo un camino correcto. 

Creo en el feminismo como sinónimo de igualdad, en esto hay mucha confusión alimentada también por el miedo al cambio. Pero tampoco me gusta que me impongan cómo tengo que pensar, actuar o educar. Difundir información, educar libremente en el abanico de ideales y que cada uno elija con lo que se siente cómodo.

En una ocasión me atreví a opinar en una conversación acerca de la necesidad que a veces sentimos de dejar a los niños con los abuelos y largarnos en plan pareja de novios. Mi comentario fue que no dejaba de sentirme culpable por tener esa necesidad y que salía menos veces de las que me gustaría pero que me tenía que "obligar" a mí misma a hacerlo. Una persona me contestó diciendo que ella nunca había dejado a su hija de 3 años porque no le apetecía dejarla, que ahora estaba de moda eso de ser "malamadre" y salir cuando en realidad lo que teníamos que hacer es estar más con nuestros hijos.
Después de que se me recompusiera la cara de plástico, pensé en que esta chica y yo éramos tan diferentes que no llegaríamos a ningún punto intermedio. Le expuse que me alegraba de lo feliz que era sin dejar a su hija pero que yo sí necesitaba salir y estar sin mi hijo y que no había nada de malo en ello, es más si yo estoy feliz seré mejor ejemplo a seguir para él.

Porque eso es una razón más que potencia la CULPA, hay frases, hechos, ideas grabadas a fuego que nos hacen sentirnos culpables a diario:

- Qué dirán.
- Y si no sigo la moda.
- Es que las madres lo hacen mejor.
- Falso mito de la "super mamá".
- El cordón umbilical "invisible".
- Buena madre, mala madre, madre real...

Así que no sufras, hagas lo que hagas te vas a sentir culpable. Dime si no te has sentido identificada con alguna de estas frases:

Si das pecho hasta los 3 años o más: "lo estás malcriando".
Si tienes que dejar de dar pecho por la razón que sea: "es que no te has esforzado lo suficiente por la lactancia".
Si vuelves al trabajo en terminarse la baja: "abandonas a un bebé de cuatro meses".
Si coges una excedencia: "eres una vaga que no quiere trabajar".
Si tu hijo juega solo con juguetes de madera "estás criando al niño en un entorno ficticio aislándolo de las tecnologías".
Si le dejas la tablet "le vas a causar daños cerebrales irreparables".

¿Seguimos? Porque podemos estar así todo el día. Hagas lo que hagas, digas lo que digas, siempre va a haber alguien que piense lo contrario, y no te preocupes que te lo hará saber. Pero eso no tiene por qué afectarte. 

A estas alturas de mi maternidad me he dado cuenta de una cosa. 

Cuando tienes un hijo vuelves a nacer.

Solo tienes que mirar de una manera diferente y con algo más de detalle a las madres recientes. Observarlas cuando hablan y cuentan lo que realmente piensan. La maternidad es un renacimiento para nosotras, solo hay que saber reconocerlo. Como hecho trascendental hace que te replantees toda tu vida de arriba abajo. No sólo a nivel laboral si no algo mucho más profundo. 
Si lo piensas tiene todos los ingredientes para ayudar a que esto sea así, pasas muchas horas a solas con tu bebé, en casa, en silencio por las noches. Sientes un nuevo amor que te supera y que lo cambia todo alrededor.
De repente y aunque te parezca lo contrario, eres más creativa, más sensible y estás más en contacto contigo misma que nunca. Si todo esto lo enfocas a otra cosa en lugar de sentirte culpable pueden surgir cosas maravillosas. Lo veo a diario a mi alrededor, mujeres que después de ser madres cambian su carrera y se dedican a otra cosa que les hace más felices, otras que descubren una faceta de ellas relacionada con la maternidad que no conocían hasta ahora. Mujeres que descubren lo fuertes y valientes que son.

Y ¿sabes que han hecho esas mujeres?, ESCUCHARSE a sí mismas y no a los demás. 
Asumir que la vida es equivocarse quita un gran peso de encima.

La próxima vez que te descubras sintiéndote culpable haz una cosa, enumérate a ti las razones de por qué estas actuando así igual que si se lo dijeras a "la chica que nunca dejaba a su hija" para convencerla de tu opinión. 
Por ejemplo, si dejas de dar el pecho porque en el trabajo no te lo ponen fácil para llevarte el sacaleches y ves que tú bebé no tiene la suficiente leche materna para alimentarse, ¿qué le dirías?. Seguro que le dirías que hay leches de fórmula muy buenas y se puede intentar una lactancia mixta y no pasa nada, le dirías que tu hijo se va a criar igual de fuerte y sano. Y seguro que miles de argumentos más. 

Lo que te diría una buena amiga sería, "deja de machacarte" "lo estás haciendo bien". Ahí tienes la clave, deja de machacarte porque lo estás haciendo bien. Y si quieres un salvavidas, ¿sabes de lo que nunca te vas a sentir culpable? de todo el amor que le das, de todos esos abrazos y besos que solo le hacen bien. 
Así que la próxima vez que dudes, que te sientas culpable o simplemente te sientas mal corre a abrazar y besar a tu peque, la situación no cambiará pero le estarás haciendo bien a él/ella y a ti misma y de eso, ya te digo yo, que no tienes que tener la menor duda.

Gracias por estar ahí, nos leemos la semana que viene.

Besos, Vanesa.



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