Cómo cultivar la calma en casa -Maternidad con calma-

Escrito por - marzo 04, 2019

Junio 2010

"Hoy me he levantado con una sensación rara, tengo como un nudo en el estómago, no pasa nada, cojo la chaqueta y me voy a trabajar. Sigo sintiéndome mal, ahora tengo nauseas, ¿me habrá sentado mal el desayuno?, ahora no puedo perder el tiempo en ir al aseo, tengo que seguir trabajando. ¿Pero qué me pasa? veo borroso, me cuesta respirar, me ahogo, ¿llamo a alguien?, ahora no puedo y tengo que seguir trabajando. No me puedo levantar de la silla, lo veo todo blanco, cada vez siento más angustia. Y ahora no puedo dejar de llorar... ¿pero qué me pasa?."

Me pasó que tuve una crisis de ansiedad y terminé en urgencias del hospital. Yo, la de fama de tranquila, a la que no le afecta nada pero lo lleva por dentro. Yo, "la psicóloga" como si estudiar algo te  hiciera inmortal. Pues sí, yo misma tuve ansiedad durante un tiempo y sé lo mal que se pasa. Y podría decirte que lo superé y no volví a recaer pero te mentiría, la misma bola me absorbió otra vez aunque fui capaz de decir basta a tiempo.
Mi experiencia me ha llevado a plantearme la vida de otra manera, con más calma. Y desde que saboreo cada minuto soy más feliz, con mis altibajos como todo el mundo, pero estoy más satisfecha con mi vida y eso es lo que quiero transmitirle a mi hijo y de paso plasmarlo en este blog por si te sirve de ayuda a ti también.

Ya hablamos en el anterior post de esta sección de maternidad con calma de que la calma empieza en nosotras y de la importancia de sentirnos tranquilas para poder transmitir esa tranquilidad a nuestros hijos. El primer paso siempre empieza por nosotras mismas, y aunque no hagamos nada más para trabajar la calma en casa, simplemente con estar más calmados nuestros peques ya se van a sentir beneficiados.



Supongo que a estas alturas ya habremos detectado y detenido a nuestros ladrones de la calma. Si es así te doy la enhorabuena, ya sólo con saber qué es lo que te pone de los nervios tenemos más de la mitad del trabajo hecho.
Reconocer nuestras propias emociones es un logro y conocer el origen ya es de máster del universo. O si no, ¿cuántas veces te has encontrado mal y no sabes realmente por qué?, difícilmente podremos solucionar un problema si desconocemos las causas.
Sea cual sea el punto en el que estés hay cosas que podemos hacer para cultivar la calma en casa con los peques. Pequeños gestos que poco a poco se integren en nuestro hogar y sean el germen de un hogar tranquilo. Cuando digo tranquilo no digo perfecto, no te creas que esto va a ser a partir de ahora un anuncio de perfume francés, todo lleno de flores y pétalos, ni vas a flotar entre salto y salto de purpurina. Seamos realistas, nuestros hijos seguirán teniendo rabietas, harán trastadas, se pelearán y los problemas seguirán estando ahí. Pero yo elijo tomarme todo eso como algo normal y evolutivo, aprender de cada rabieta y antes de desbordarme parar, pensar y si no estoy preparada ese momento, esperaré para actuar más tarde. Decido no entrar más en el bucle de hostilidad y que los nervios o la ansiedad decidan por mí. Mi enfado no va a castigar más a mi hijo, será su actuación lo que decida la consecuencia y no mi estado de ánimo.

Para poder integrar mejor los conceptos y para hacer cosas prácticas desde ya, vamos a trabajar en bloques:

- Hábitos y rutinas.
- Actividades para centrar la atención y el pensamiento.
- Cómo poner normas y límites desde la calma.
- Educación emocional, la calma también se educa.

Hoy me voy a centrar en el primer bloque relacionado con los hábitos en casa. Y a lo largo de las siguientes entradas de la sección continuaré por los apartados restantes. Para construir primero debemos tener buenos cimientos, luego ya pondremos los ladrillos.

Te voy a hacer  una pregunta, ¿reconoces tener algún hábito o manera de hacer algo porque tu madre/padre lo hacía así?, y no estoy juzgando el valor, puede ser algo bueno o malo. Porque no sólo aprendemos de nuestros padres las cosas buenas como la paciencia, el orden o la constancia. También aprendemos a resolver los problemas improvisando y a menudo nerviosos, a vivir con prisa, a competir a toda costa, a sufrir si no está perfecto, a gritar y no pedir pedir perdón...
Deberíamos reflexionar más a cerca de lo que enseñamos con nuestros propios hábitos, en cómo nos comportamos en casa, como nos tratamos entre nosotros y sobretodo y lo más importante, cómo me trato a mí misma. Creo que es más importante enseñarles a tratarse mejor a sí mismos y no tanto a compartir el dichoso juguete en el parque. 

Es interesante analizar qué hábitos realizamos de manera cotidiana porque nos gustan o porque los hacemos por inercia. ¿Realmente nos benefician nuestros hábitos o puede que debiéramos cambiar algo?.
Algo muy crucial sobre los hábitos, si queremos introducir alguno nuevo debemos ser conscientes que para instaurarlo hay que ser constante. Como su nombre indica, un hábito es una acción que se hace de manera HABITUAL y no esporádica. Así que lo tendremos que repetir todos los días y en el mismo orden si queremos que forme parte de nuestra vida.
A continuación te muestro unos ejemplos de hábitos que hacen un entorno más favorable a la calma en nuestro hogar.

Hábitos de calma para nuestras relaciones.

- Saludarnos y despedirnos. La importancia de los besos.
Parece algo obvio, pero igual de importante es el beso de bienvenida como el de decir hasta luego, buenas noches, o hasta que nos veamos al salir del cole. Sobretodo cuando son peques, no los engañemos cuando nos vamos a ir para evitar que lloren. Deben aprender a que las despedidas cierran una etapa y empieza otra. Y qué mejor gesto que acompañarlo con un beso, los besos son mágicos, curan las pupas, piden perdón por tí, relajan, sirven para celebrar y para consolar. Y encima son gratis!


- Hablarnos sin gritar. 
Sí, aunque estemos enfadados. Una cosa es un grito para llamar su atención porque corre peligro de hacerse daño y otra es gritar por que yo estoy enfadada. A veces gritamos tanto que pierde su efecto de "alerta" con lo que tenemos que gritar más y más. Si el niño nos grita le contestamos con un grito más fuerte, porque yo soy mayor que tú y porque puedo. En efecto, soy mayor que tú, por eso elijo agacharme hasta tu altura y con tono sereno preguntar ¿qué es lo que pasa cariño?, respirar hondo, trabajar saliva y esperar a ver cómo podemos solucionar el problema. Con esa actitud le estaremos enseñando un gran modelo de conducta para afrontar las crisis. 

- Preguntarnos cómo estamos.
Cuando nos juntemos en casa nos preguntamos qué tal nos ha ido el día, cómo nos sentimos, si nos ha gustado el rato del parque, si estamos bien, podemos empezar con términos básicos y poco a poco ir ampliando el vocabulario emocional. 
Por ejemplo, a veces decimos "tranquilo" esperando a que se tranquilicen pero ellos no tienen por qué saber el significado de esa palabra. En eso también debemos educarles, cuando estemos en una situación tranquila y serena le diremos " mira, ponte una mano en la barriga, ¿ves lo lento que respiramos y lo a gustito que estamos? esto es estar tranquilo, vamos a pensar otras situaciones en las que estamos tranquilos".

Hábitos de calma para nuestro hogar.

- ¡Orden en la sala!
No pido que esté limpio escrupulosamente, pero sí ordenado. El orden da paz mental y ahorra tiempo, si cada cosa está donde debe estar. Un buen hábito es el de recoger juntos, sin órdenes, si no como algo que está integrado en nuestra vida, terminamos de jugar, a recoger; terminamos de bañarnos, a recoger; terminamos de cenar, ¿y ahora qué?... exacto! a recoger.

- Rutinas.
Nos podemos saltar muchas cosas pero hay otras que no deben ser negociables. Podemos terminar de pelea cada dos por tres porque hoy ha decidido no vestirse, o no desayunar, o no quiere volver del parque. Nos ahorraremos mucha tensión si hacemos rutinas marcadas, por ejemplo, lavarnos las manos antes de las comidas y al venir del parque. Lo vamos a hacer siempre igual, nos ponemos un cartel si hace falta. Compramos la espumita de manos de olor a melón de Mercadona y nos vamos bailando la conga hasta el aseo cantando la canción de... " con jabón de melón de melón melón melón melón, melón, con jabón! (esta rutina es de Luca y mía y así he conseguido que se lave las manos con gusto y entre risas sin rechistar).
Otra rutina es la de dormir, siempre (o la mayoría de veces) hacemos las mismas cosas y en el mismo orden, y no es negociable. Por experiencia sé que si empezamos a cambiar las actividades o los horarios de dormir la cosa acaba como el rosario de la Aurora. Así que si un día no quiere dormir, no pasa nada, sabe que no es negociable y que va a haber enfado y lloro hoy, pero sé que mañana y pasado no lo va a intentar porque ya conoce cual va a ser mi respuesta, calmada pero FIRME.
Las rutinas dan orden, dan seguridad, a veces enfadan pero nos ayudan a que el niño sepa qué es lo que viene a continuación, le ayuda a estar más calmado. En definitiva, las rutinas son nuestras amigas! Alíate con ellas porque nos van a ayudar mucho en esto de la tranquilidad.

Hábitos de calma para nuestro tiempo juntos en casa.

- Rituales Slow
De obligado cumplimiento, ya lo sabes. Y tan importante es que tengas un ritual con el peque como tú a solas. Un ritual que practico con Luca y que me encanta es bañarme con él, lleno la bañera de espuma y cojo nuestros jabones preferidos, pongo velas, hacemos pompas, nos hacemos peinados raros con el champú y nos reímos bien a gusto.
Otro ritual es pintar mientras escuchamos música, a Luca siempre le han gustado los Beatles, pero para relajarse Xavier Rudd es el rey.



- Respirar 
¿Has respirado hoy?, qué pregunta más estúpida dirás. ¿Te acuerdas del relato sobre mi experiencia de ansiedad del principio?, una de las cosas más desagradables de la ansiedad es sentir que te falta el aire, empiezas a hiperventilar porque necesitas más aire pero justo consigues el efecto contrario. Menuda faena, entonces ¿qué podemos hacer?, aprender a respirar de manera consciente, hinchando bien nuestros pulmones y entrenando nuestro diafragma para que sea más elástico y nos permita coger el aire que queramos, cuando queramos y al ritmo que queramos. Pero ¡ojo! esto es un entrenamiento, no puedes pretender utilizarlo cuando estás nervioso porque no sirve para nada si no has practicado antes, por eso es tan importante adoptar esta técnica como hábito a diario, así la tendremos como herramienta cuando nos haga falta echar mano de ella.
Un buen momento para entrenar con nuestros peques es cuando ya estén relajados para irnos a dormir, haremos tres respiraciones profundas con ellos:
-"Mira como hincho la barriga, cojo aire por la nariz leeeeeennnntooooooooo, y lo suelto como cuando hincho un globo pfffffffffffffffff... qué tranquilos y a gustito nos quedamos".

- Juegos.
¿Te has planteado cómo juegas con tu hijo? ¿Juegas de verdad o finges estar ahí mientras piensas en otra cosa mirando de reojo el móvil? "El que esté libre de pecado que tire la primera piedra". A todos nos pasa, pero a partir de ahora cuando detectes esto por favor, deja el móvil en otra habitación, presta toda tu atención a lo que estás haciendo, abandónate y simplemente juega, disfruta del momento, tírate al suelo, grita, haz el león o de capitán Garfio. Slow life my friend, disfruta de las pequeñas cosas de la vida, y jugar con tu hijo es un gran placer si lo vives como tal. Además, jugar con ellos tiene muchas ventajas que refuerzan nuestro vínculo familiar. Es un escenario perfecto para ser sus modelos de conducta a la hora afrontar las situaciones con calma. Podemos aprovechar el juego para provocar pequeños conflictos y resolverlos con calma con ellos (primero paramos, respiramos profundo y pensamos en cómo resolver). También nos ayuda a habituarnos a organizar el juego juntos y recoger después (siempre de la misma manera).
Estoy preparando para el siguiente post una lista de actividades "slow" y de mejora de la atención, pero quiero enseñarte un juego que me ha llegado recientemente y que nos puede servir para jugar de una manera consciente trabajando la atención y la lógica de nuestro peque. 
Se trata del Juego "Bunny Boo" de la marca Smart Games. Me gusta mucho porque se le puede sacar mucho partido y es de muy buena calidad.



Esta semana te iré enseñando por Instagram como juego con Luca, pero no quería perder la oportunidad de enseñarlo hoy porque si lo quieres tienes un 10% de descuento tanto en este juego como en cualquier otro de la página de cerebritoperez.com utilizando el código de descuento SUAVECALIFORNIA.

Para terminar, una reflexión.

"Ir más despacio". Así se titula la carta que todos los años envía a los nuevos alumnos la prestigiosa universidad de Harvard. Harry Lewis, decano de la escuela para estudiantes no graduados de esta universidad decidió en el año 2001 concienciar a los jóvenes de la importancia de parar, de hacer menos cosas pero hacerlas bien, de saborear los años de universidad y sacarles todo el partido. Y  no se lo sacó de la manga porque le apeteciera, vio una auténtica necesidad de transmitir este mensaje al observar  a chavales estudiar dos cursos por año, cargarse la agenda de extraescolares y vivir más deprisa de lo que les permitía el cuerpo. 
"El tiempo desocupado no es un vacío que deba llenarse, es lo que te permite reordenar de manera creativa las demás cosas que están en tu mente, como un cuadro vacío en el rompecabezas 4x4 que te posibilita mover las otras quince piezas a su alrededor" - Palabras textuales del decano - Menos es más.

Eso es lo que te deseo para esta semana, menos cosas pero más importantes, más rituales slow, más besos, mas respiraciones leeeeentaaaaassss y tiempo de calidad con nuestros peques.

Gracias por estar ahí, nos leemos la semana que viene.

Besos, Vanesa.


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