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Suave California


Empieza la época de pensar dónde irnos de vacaciones y veo útil hacer este post por si alguien está dudando en hacer un road trip. Si estás pensando en hacer un viaje de este tipo sólo te puedo decir una cosa: ¡Hazlo!, en serio, no lo pienses y ahorra desde ¡ya!

En esto de los road trips hay mucha variedad. Pero básicamente es hacer una ruta sobre ruedas.

Uno de nuestros viajes soñados era recorrer la costa Oeste de Estados Unidos así, en coche, disfrutando del camino, sin prisas, sin guías ni horarios. Recorriendo lo que nos apetece y cuando nos apetece, y si nos gusta el sitio donde estamos, pues un día más. Así recorrimos Astoria (Oregón), Las Vegas, Yosemite, San Francisco, la mágica Big Sur, Santa Cruz y Los Ángeles. 20 brutales días de no parar de ver, de experimentar y de cumplir sueños.

Este post no va a ser tipo guía de "qué puedes hacer o visitar en San Francisco", para eso está la Lonely Planet que lo peta. Yo soy más de transmitir las sensaciones que no se encuentran en las guías, y son las que recuerdas de por vida. En el post de hoy encontrarás las ciudades que visitamos, lo que más nos gustó y algún consejillo en cuanto a la organización.

¿Te vienes de road trip?

1. ¡Organización!

Arrancamos nuestro viaje, y todo empieza con la organización. Nosotros alquilamos los coches desde España para asegurarnos de tener vehículo disponible. Los hoteles también los reservé  desde casa, pero también llevábamos una lista de lugares donde hospedarnos cerca por si decidíamos ampliar nuestra estancia y pudiera haber algún problema con la ocupación. Aquí es conveniente que decidas las ciudades que quieres visitar y más o menos la ruta a seguir para aprovechar el camino y ver cosas interesantes. Yo compré una guía general sobre la costa oeste que englobaba casi todas las ciudades que queríamos ver, y me empapé varios blogs para hacerme una idea, investigación viajera (el viaje se disfruta desde que lo planeas).

En cuanto al equipaje, ligerito y que todo te quepa en una maleta. Vas a estar cargando y descargando maleta muchas veces, además luego no te pones todo lo que llevas. Un consejillo, pasaportes y DNI bien guardados y encima, en la maleta unas fotocopias por si las moscas.
Y no te olvides de hacer una buena playlist con tus canciones favoritas para escuchar en el coche, te va a venir de perlas.

¿Vale nuestro carnet de conducir en EEUU? Sí, perfectamente. Pero tendrás que acostumbrarte a llevar coches automáticos.

2. ¡Sube al avión que nos vamos!

Primera parada Astoria.

Cambiamos toda nuestra organización de ruta para visitar esta ciudad. Ya escribí un post sólo para hablar de este lugar, pincha en "Astoria. Un sueño hecho viaje". Si te gustan los Goonies no te lo puedes perder.

Las Vegas


De Astoria cogimos un avión hasta Las Vegas, las fabulosas Vegas. He de decir, y puede que no coincida con mucha gente, que a mí las Vegas... ni fu ni fa, vamos, que no volvería. Hay diversión para aburrir, y tanto para ver... que abruma. Si soy sincera no me encontré a gusto, supongo que venía alucinando con el entorno natural de Astoria y de repente meterme allí con el bullicio de la gente, las 24 horas de luces destelleantes, música, alcohol gratis, máquinas tragaperras, juego, espectáculos y más espectáculos. Llegué a agobiarme un poco. 
Nos alojamos en el hotel Flamingo

Nos lo tomamos con calma y decidimos pasear y observar lo que el hombre ha sido capaz de construir en un desierto, es algo alucinante. De las Vegas me quedo con:
- Ver la cuidad a lo lejos de noche.
- Los desayunos en Peppermill (a lo diva de los 70).
- Las risas en la montaña rusa del New York Hotel.
- Volar sobre la ciudad en la azotea de la torre Stratosphere.
- El espectáculo de Love del circo del sol.
- El interior del hotel Venecian
- Las fuentes del Bellagio.

Torre Stratosphere, la de amarillo soy yo.

Decimos adiós a las Vegas y nos subimos al coche con destino San Francisco. Pero antes una parada para ver un parque nacional espectacular, Yosemite.

Yosemite

A mi espaldas, el gran Capitán

Nos alojamos en Fresno dos noches para poder pasar un día entero en Yosemite. Un parque nacional donde puedes encontrar unas montañas legendarias para la escalada, puedes ver osos, lagos en las alturas y unos árboles a los que tenía muchas ganas de ver desde pequeña: las secuoyas. Las secuoyas son árboles gigantes como rascacielos. Pasear entre ellos da una sensación mágica, es como si te transformaras en un ser diminuto, como en Alicia en el país de las Maravillas.


Nuestras amigas las Secuoyas

Sin duda en este parque sí que nos hubiéramos quedado más días. Pero el viaje debe continuar y la carretera nos llama.

San Francisco

Este pelazo no es postrero, es del viento huracanado brutal.

Esta ciudad es un escenario de película. No pues saltarte ni uno de los puntos turísticos por que son realmente dignos de experimentar con los 5 sentidos: saborear un buen plato de sopa en el puerto o un plato exótico en el barrio de Castro, recorrer el Golden Gate en coche con los ojos muy abiertos, pasear por el barrio chino cerrar los ojos y oler, sentir los cambios de rasante de sus calles de vértigo, recorrer la ciudad en tranvía o tumbarte en el césped de un parque en pleno sol y disfrutar del contraste de sus construcciones.

Zapatillas, mochila y mapa en mano, no hace falta más.

Alamo Square y sus casa Victorianas

Algo que no esperaba y sin duda de los rincones con más encanto de San Francisco es un pueblito justo a las afueras llamado Sausalito. No puedes perderte sus casas flotantes y pasear por su puerto.

Sausalito

Con mucha pena nos despedimos de San Francisco pero con muchas ganas de visitar nuestro próximo destino Santa Cruz. 

Santa Cruz


La idea de pasar un par de días aquí fue de Samuel. Él siempre soñó con visitar Santa Cruz porque es un enamorado del Skate, y esta ciudad fue una de las importantes en el nacimiento del monopatín. 

Momento "felicidad plena"
En Santa Cruz hay muchas cosas que hacer para divertirse: pasear y montar en las atracciones del Beach Broadwalk (aquí se han rodado varias pelis como "Persiguiendo Maveriks" o "Jóvenes ocultos") sentarte en una de sus asombrosas playas y ver a los surfistas escalar las olas o salir una noche a tomarte una cerveza en un garito con música en directo.


Con un monopatín nuevo en el maletero y muchas sensaciones únicas que nunca olvidaré nos metemos en el coche para recorrer la tan deseada ruta Big Sur.

Big Sur hasta Los Ángeles

La ruta Big Sur es una ruta muy popular por su belleza y encanto. Una carretera de 370 kilómetros que une Carmel y Santa Bárbara. Normalmente se recorre cuando quieres viajar entre San Francisco y Los Ángeles por el camino lento pero espectacular (la carretera Highway One). Esta carretera tiene de peculiar que va pegadita al mar, pasas por un sin fin de acantilados, bosques de secuoyas, puentes míticos y si tienes suerte puedes ver ballenas desde algún mirador.

La carretera pasa por tres parques naturales, en uno de ellos se encuentra una playa muy especial. La única que contiene una cascada que cae directamente de la montaña a la arena.

Pfeiffer beach.
Esta ruta da para un  post entero y aunque nosotros la recorrimos en un día, si volviese otra vez me recrearía más en sus parques naturales y me alojaría en Carmel un par de días para disfrutar de sus calles de cuento de hadas, con sus tiendecitas con fachadas llenas de flores y su aire bohemio. Una curiosidad de este pueblo es que Clint Eastwood fue alcalde durante unos años y tiene casa allí, es inevitable pasear y no mirar buscando entre las caras por si te encuentras por casualidad a "Harry el sucio"... ¡nunca se sabe!.
Pero ya son muchos días de viaje y hay que priorizar, además siempre está bien dejar cosas por ver y así tener un motivo para volver.

Los Ángeles

Lo primero que llama la atención de Los Ángeles es lo enorme que es. Necesitas coche para todo, todo está lejos. Nos quedamos tres días en la ciudad y tuvimos que exprimirlos al máximo para intentar visitar lo que teníamos previsto:

- Las playas y muelles de Malibú. Ver sus casas frente al mar y soñar con que te toque la lotería y mudarte a una de ellas.
- Santa Mónica Pier. Ver el atardecer en la playa de Santa Mónica y recorrer el muelle mientras encienden las luces de las atracciones, el olor a océano cada vez más profundo.
- Pasear y perderte por Venice, ver la gente patinar o ver la gente sin más. Observar el pintoresco lugar y recorrer cada detalle.
- Soñar mientras paseas por  Hollywood y... sorpresa!! un estreno de cine justo cuando llegamos, veo una alfombra roja y alucino en colores. Mucha estrella en el suelo en un entorno algo decepcionante.
- Y cómo no, entrar a los estudios Universal. Unos cinéfilos como nosotros no nos podíamos perder los escenarios de cine, y encima montañas rusas... la guinda al pastel.

Santa Mónica
Estudios Universal. Tomándonos una birra en el bar de Moe. Salud!
Creo que me ha quedado un post muy largo así que enhorabuena si has llegado hasta aquí, eso significa que eres viajero nivel pro. Esta entrada en parte la he escrito para mí, para organizar mis recuerdos y plasmarlos en letra e imagen. Estos días mientras recopilaba los datos para el blog me lo he pasado genial y me ha entrado mucha "morriña de viaje". Así que nos hemos venido arriba y ya tenemos dos destinos en mente para visitar en los próximos meses con Luca. ¡Y uno de ellos en avión!.
El espíritu viajero hay que mantenerlo vivo y a nuestro niño interior también.

Me he tomado la libertad de robar el siguiente vídeo rodado y editado por Samuel para resumir en imágenes en movimiento este viaje, ¡dale al play!



¿Te gustaría hacer un viaje así?  Cuéntamelo en los comentarios y soñemos juntos!

Gracias por estar ahí, nos leemos la semana que viene.

Besos,
Vanesa.
febrero 25, 2019 4 comentarios

Madre no hay más que una.
Como una madre no hay nada.
Viva la madre que te parió.
Madre tierra.
La madre del cordero.
Se va de madre.


Pero, y el ¿padre?... Ah! sí...


Cuando seas padre comerás huevos.

La naturaleza vuelve loca a las mujeres que acaban de ser madres, nos volvemos locas por nuestro bebé. Pura supervivencia de especie, no te fías ni de tu propia madre. Es instinto natural y "locura transitoria". 

Cuando estaba embarazada leí en un libro que a veces los padres se pueden sentir desplazados en su propia casa con la llegada de un bebé. Yo pensé "imposible". Ahora lo entiendo todo. Entiendo que todos sufrimos transformaciones en nuestra vida ante hechos trascendentales, y tener un hijo lo es. 

Cambiamos, nos adaptamos, nos equivocamos, discutimos, nos caemos, nos levantamos... y todo eso en un tiempo récord. Cada uno a su ritmo. Nosotras las madres, tendemos a pasar por muchas fases guiadas por nuestro estado físico y hormonal, a parte del cambio de vida claro está. Un padre sufre los mismos cambios de vida pero no a todos los niveles como una mamá. Creo que esto es uno de los motores de los conflictos que pueda haber y de la falta de empatía por parte de los dos. Deberíamos admitir que no estamos en las mismas circunstancias, no nos sentimos igual, no pensamos igual y por lo tanto no actuamos igual. Y no es que te quiera menos, es que no me acuerdo de demostrarlo como antes. 

A veces me veo encerrada en un bucle de maternidad como si me absorbiese. Paso más tiempo con mi hijo que con cualquier persona en el mundo y hace que me olvide de mi pareja, mi chico, mi marido o simplemente llamémosle Samuel, las cosas por su nombre. Llevo tiempo haciendo un esfuerzo por meterme en su piel, agradeciendo otras tantas en las que él se ha metido en la mía para entenderme. Y cuando consigo empatizar, me doy cuenta del grandísimo esfuerzo que hace por mí, por nosotros.

Estáis embarazados!!

Así comenzó nuestra unión y ruptura al mismo tiempo. Unidos para toda la vida por un ser que es mitad de cada uno. Pero a la vez, romper con nuestro pasado de solos tú y yo. Esa vida que se nos daba tan bien, ¿verdad?.
Me he dado cuenta de que siempre hablamos de lo difícil que es la maternidad, el puerperio, la lactancia. Hablamos de qué regalar a una madre en el hospital, el cambio del físico de la mujer durante el embarazo  y después de él, hasta tenemos un club de Malasmadres (y uno de maternidad con calma ;).

Pero...papá ¿tú?, tú ¿dónde quedas?. No creo que exista ninguna balanza que pueda medir el amor, y si la existiera sé que tu amor por nuestro hijo pesaría exactamente igual al que yo siento por él. Entonces... ¿por qué no se reconoce igual que el mío?. Hoy quiero reflexionar sobre la importancia que tienes, porque madre solo hay una y ¿padre?, pues padre también.

Así que gracias...

- Por saber estar y no estar cuando hace falta.
- Por llevar las riendas de mi vida cuando yo no podía.
- Por tus lágrimas de hombre fuerte.
- Por tus abrazos que teletransportan y tus cosquillas que duermen.
- Por tus miserables 15 días de paternidad, que ni siquiera disfrutaste enteros.
- Por tus brazos doloridos sujetando a un bebé para que yo pudiera dormir un par de horas seguidas.
- Por tragarte tus palabras y las mías para no hacerme daño.
- Por mirar mi cuerpo como el primer día cuando yo no podía ni ver el espejo.
- Por llamar a mis estrías "olas de mar".
- Por tus "Haz lo que te haga feliz".
- Por tus sorpresas sin esperar nada.
- Por llorar abrazado a un recién nacido en la sombra, sin que te vea nadie, mientras pensabas "esto es muy grande".
- Por hacerme sentir PODEROSA.
- Por tus noches sin dormir para turnarte conmigo y a pesar de eso irte a trabajar.
- Por tus "papi quiere mucho a cuca".
- Por tus renuncias, tus muchas renuncias.
- Por aceptar mis cambios, y apoyarlos.
- Por crear un mundo mágico dentro de una furgoneta. Y llevarnos en él.
- Por tu sentido común, y tus "no pasa nada".
- Por lanzarte a la aventura de crear tu propio empleo con un bebé de pocos meses, eres muy valiente.
- Por permanecer a la sombra de la gran MATERNIDAD, sin quejarte, sin reclamar tu sitio.


Una vez me dijiste que admirabas a las mujeres porque pensabas que teníamos la gran suerte de dar vida con nuestro cuerpo y que ojalá tú pudieras hacer algo así. Sin embargo tu sitio ahora es el de estar fuera, el de llegar a casa tarde y cansado, el de "me cambiaría por ti sin dudarlo" pero no lo haces porque confías en mí, en que lo haré bien. Cuanta responsabilidad compartimos.
A veces nuestras miradas se cruzan por casualidad entre tanto qué hacer. Aunque solo dure un segundo, en ese segundo te encuentro, y veo que sigues siendo ese crío aventurero y risueño. Entonces respiro, te siento, y seguimos como si no hubiera pasado nada, pero yo estoy tranquila. Tranquila y a tu lado, o al otro lado de la cama con un mini intruso ente nosotros. 

San Valentín ha pasado ya, y aunque nunca lo celebramos por aquello de que el amor se vive todos los días, por lo menos te hace pensar en tu pareja y en si la estás tratando bien. Hace ya unas semanas que abrí mi tarro de los te quiero guardados y me he dado cuenta de que en estos últimos dos años me he guardado bastantes con tu nombre Sami, admito que Luca se los lleva todos. Voy a empezar a sacar los tuyos y voy a empezar hoy, ahora.

Te quiero mi valiente! Que la vida nos siga poniendo música para no dejar de bailar.

Espero que la lucha entre yo hago más que tú y tú estás menos que yo se relaje y nos pongamos un poquito en la piel del otro. Nos sintamos por dentro y nos digamos más te quiero así cerquita del oido. 

Que sí, que las madres somos lo más pero no quiere decir que los padres sean lo menos. Así que si piensas igual, házselo saber sacando un te quiero del tarro, aunque se hagan los fuertes lo necesitan y lo echan de menos, estoy segura.

Nos leemos la semana que viene, gracias por estar ahí.

Besos,

Vanesa.







febrero 18, 2019 4 comentarios

"Coge aire, eres madre y lo serás toda la vida"

No sé donde leí esta frase. Para mí simboliza prepararse para saltar al vacío, y no saber donde ni cuando tocarás el fondo. Eso es la maternidad, precipitarte tú y tu vida a otra dimensión desconocida donde todo se pone de repente patas arriba y ya, por no encontrar no te encuentras ni a ti misma.
Tu casa ya no es tu casa. Tus cosas pasan a un segundo plano y todo se inunda de útiles varios de bebé. Tu relación de pareja ya no es lo que era. Aparcas tu trabajo, tus relaciones, tus hobbies, tus hábitos, tus desayunos healthys con tu amiga que te dan la vida, tu horita de gimnasio, tus encuentros románticos con tu chico. Tus libros en la mesita de noche ya no son los de Grey si no los de Lucía mi pediatra. Pasas de soñar con tomarte un café y un cup cake a lo Sexo en nueva York con Carrie Bradshaw a desear que Marie Kondo aparezca por tu puerta y te ordene la casa porque ya no puedes más. No duermes, no comes, ni puedes ir al baño cuando tienes ganas (y lo sabes). Pero aun así, con todo eso y más, miras a tu hijo y piensas... "esto es un milagro de la naturaleza y daría la vida por protegerte de todo lo malo".            


Así es... sin dudarlo darías la vida. Tu vida. Hasta aquí hemos llegado. Ya os conté en el post de La maternidad solo suma, pues a mí no me salen las cuentas, lo mal que lo pasé durante los primeros meses de vida de Luca. Aunque la expresión suene mal y más siendo psicóloga, me sentía "al borde de la locura". Demasiada hormona revolucionada y demasiado cambio "pal body". 

No conozco a nadie (instagramers a parte) al que la maternidad no le afecte de algún modo negativo, sí sí, negativo, con todas sus letras. La maternidad tiene dos caras, como la luna, por un lado está la parte más maravillosa y luminosa del mundo, que hace que pierdas los papeles por ese pequeño ser. Pero también tiene una cara oculta y oscura que nadie enseña y que nadie quiere ver. La camuflamos con ironía e incluso con humor pero está ahí. 
En esa cara oculta de la maternidad encontramos miedos, complejos, comparaciones, sentimientos de inferioridad, estrés, falta de sueño, falta de tiempo, dudas, cansancio, culpa... ¿me dejo algo?.
Toda esta parte negativa te la cargas a las espaldas como una mochila y tiras para adelante deseando que pase el tiempo lo más rápido posible para sentirte mejor (y para que el niño sea mayorcito y duerma del tirón). Pero es que el tiempo pasa, y volando además.
Un día mientras miras las fotos de tu bebé piensas, ¿cuándo ha crecido tan rápido? y yo... ¿dónde estaba mientras tanto?, pues yo estaba quejándome, sintiéndome culpable, haciendo las cosas en modo automático pensando en el futuro sin ser consciente del presente. Si pudiera retroceder en el tiempo, pasaría más rato oliendo a bebé y menos fregando el suelo. 

Mi razonamiento me dice "Houston, tenemos un problema, luchemos contra él". Deformación profesional centrada en la resolución de problemas, supongo. Qué desgaste, luchar contra la cara oscura de la maternidad... es entrar en una espiral absoluta de Estrés, David contra Goliat.  No voy a enumerar las consecuencias de la exposición a un estrés continuado, creo que ya son bastante conocidas, sólo te diré que te deterioran poco a poco tanto física, cognitiva como socialmente. 

Así que un día sin más entendí que debía dejar de luchar, lo que tenía que hacer es aceptar la situación. Hay cosas que no puedes cambiar por mucho que te empeñes, es mejor aceptar que vas a dormir poco, que tu vida en este momento es cuidar y que todo volverá a su cauce de manera natural y con CALMA. 
Eso es, CALMA mamá. 

La cuestión no es "debatirse entre la vida o la Calma", no es que te cueste "conseguir la calma". Partimos de una base errónea.

Tú ya tienes calma, el problema es que te la están robando.

Detectar los ladrones de la calma para intentar recuperar toda la que nos sea posible es fundamental para así poder disfrutar del momento.

Antes de seguir avanzando, creo que nos va a venir bien enumerar los pasos a seguir si queremos estar en el "Club de las madres con calma" para no perdernos entre tanto ladrón de calma suelto:

1. Aceptar que hay cosas que puedo cambiar y otras que no.

Aquí tenemos más poder del que pensamos.
Hay situaciones que no puedo cambiar en este momento, como es mi trabajo, dónde vivo, la familia que tengo, etc... Está claro que son cosas que son muy difíciles de cambiar y si me producen estrés no tendré más remedio que aceptar que están ahí e intentar solucionar los conflictos internos de estas situaciones para que me afecte lo menos posible.
Es un ejercicio de cada una detectar de todas la situaciones que me estresan y me roban la calma por cual ponerme a trabajar e ir poco a poco poniendo paz en nuestros asuntos personales para que cuando llegue a casa con mi hijo pueda disfrutar de mi maternidad con tranquilidad.
Y si hay algo que realmente no puedo cambiar... ¡Pues deja de sufrir por ese tema! porque si no tiene solución no le voy a dedicar más energía. En serio, repítetelo las veces que haga falta, ponte un post-it en la frente si te ayuda pero deja de estrujarte el cerebro con este tema, ya!.

2. Detectar mis ladrones de la calma

Ejemplos de ladrones de la calma:
- Demasiado trabajo y poco tiempo (estrés).
- Mala organización.
- Horarios muy ajustados.
- Agenda muy llena.
- Poca comunicación con tu pareja.
- Cansancio.
- Y etc, etc, etc...

No seremos capaces de exprimir el aquí y ahora si tenemos la mente en otra parte. Recuerda que de lo que se trata es vivir una maternidad con calma, y la calma empieza en ti.

Lancé una encuesta en Instagram para conocer cuáles eran los ladrones de calma más habituales  y la respuesta fue el trabajo y el estrés. Necesitaríamos varios post para abordar este problema. Ver los factores que determinan mi estrés y cómo manejarlo. No sirve de nada que yo aprenda un montón de técnicas para educar a mis hijos con calma si yo tengo un estrés en mi cuerpo que hace que esté nerviosa todo el tiempo. No tiene ningún sentido. Si el problema es la ansiedad yo recomendaría ir a un profesional para tratarla, que nos enseñe a relajarnos y a afrontar las situaciones que nos generan ansiedad. Esto es algo muy personal y de primera necesidad, cuídate, no te abandones ni te dejes para el último lugar, si tú estás bien todo lo demás viene rodado.


3. 3, 2, 1... Acción!

Hemos aceptado nuestra vida con sus más y sus menos (y parece que incluso nos queremos un poquito más... magia!).
Hemos detectado a nuestros ladrones de la calma (¡malditos!). Es hora de plantar cara y tomar acción. Ya sé que me estresa mucho llegar a casa y tener mil cosas que hacer y acabo rota, ¿cómo voy a tener calma para estar con mis hijos si me duermo por los rincones?

"Keep calm and Slow life my friend", Ningún cambio es fácil, ni siquiera esto de la calma. Todo empieza por querer cambiar la situación, y no va a ser de un día para otro. Tienes que poner de tu parte y salir de tu zona de confort. Deja de quejarte y siéntate a hacer encaje de bolillos y saca un horario en el que repartas tareas con tu compañero/a de vida y no te sobrecargues más.

A lo largo del día puedes hacer cosas para bajar el ritmo y empezar a interpretar el mundo y lo que te pasa de manera más positiva y más Slow. Te recomiendo que leas el post sobre Slow life que escribí hace unos meses y empieces a entrar en contacto con esta filosofía.

Todo empieza en ti, y para ti, y luego ya lo extenderemos a los demás.

Antes de organizar una actividad con tu hijo, regálale tiempo de calidad, si tú estás calmada, si disfrutas con lo que haces, tu hijo estará calmado y disfrutará contigo.

Nuestros hijos hacen lo que ven, afrontan la vida y los problemas imitándonos, y si vamos corriendo de un lado para otro mirando el móvil sin parar, quejándonos del trabajo, y gritando en casa porque todo va mal y todo es un desastre... ¿cómo crees que afrontarán las situaciones en un futuro?.
Hace unos años en consulta, vino una mamá quejándose de que su hijo pequeño tenía problemas en  casa, le gritaba, y siempre estaba nervioso, según ella. Mientras me contaba todo esto los decibelios de la voz de esta mujer alcanzarían el nivel máximo permitido por ley de discotecas. Y esta mamá aun se preguntaba ¿Cómo es posible que mi hijo me grite tanto?.

Está en nuestras manos cambiar las cosas para cultivar la calma en casa y eso es lo que quería dejar claro en el post de hoy.
En las siguientes entradas dedicadas a la sección del Club de la calma seguiremos avanzando en como introducir estos cambios en casa a través de nuevos hábitos, juegos, actividades para la atención plena, técnicas de mejora de la conducta de nuestros niños, actividades emocionales, etc.

Y hasta que nos volvamos a leer quiero que hagas un cambio, quiero que te dediques unos minutos al día y te impongas un ritual Slow que te guste, y en el que no participe nadie más que tú. Que antes de cruzar la puerta de tu casa te dejes los problemas de trabajo fuera, hagas tres respiraciones profundas y pienses en algo bonito y que te haga sonreír, aunque te lleve unos minutos hazlo antes de abrazar a tu hijo. Y cuando por fin entres en casa después del trabajo, o cuando lo recojas del colegio le des un abrazo de cuerpo y alma de varios segundos, lo huelas profundo y le susurres al oído "te quiero". Lo sientes, pues hay que decirlo, le regalaremos así una maravillosa lección de educación emocional.

Si tienes alguna duda o quieres comentar algo sobre el tema no dudes en dejarlo escrito en un comentario, esto sólo acaba de empezar socias del club de la calma!

Gracias por estar ahí.

Besos,

Vanesa.

                                                        


febrero 11, 2019 4 comentarios

Si te pudieras escapar... ¿dónde irías? ¿te irías sola/o o acompañado? ¿mar o montaña?.


Me gustaría ser de las previsoras y plantearme todo esto, pero sinceramente soy más de dejarme llevar. Aunque en ocasiones sí planeo, claro está, y más cuando vas con niños. Hace un par de semanas te conté una escapada romántica en furgo y con niño, si no la has leído te la recomiendo. En ese post te conté por qué nos gusta tanto salir en furgo y los beneficios para Luca, mi hijo de dos años. También te dije que tenía pendiente compartir esta escapada, y lo prometido es deuda.

Para no repetirme y no ser pesada hablando de las ventajas de andar en furgo hoy voy a compartir unos cuantos tips que la experiencia me ha ido enseñado de cómo organizarme con el peque. En concreto de lo que hay que llevarse y lo que no llevarse a una escapada de este tipo para un niño.


Cosas que sí me llevo: ✓

✓ Botiquín básico con: 
- Apiretal.
- Suero y gasas.
- Tiritas.
- Cristalmina en spray.
- Golpix. 
- Protección solar.

✓ Mudas de ropa justas para los días que nos vamos.
✓ 2 Bodys de repuesto.
✓ 1 pijama
✓ 1 par de zapatillas de repuesto y un par de calcetines.
✓ Chanclas y toalla para la ducha.
✓ Neceser con minitallas de crema y jabón, cepillo de dientes y pasta.
✓ Pañales y 1 paquete de toallitas.
✓ Los juguetes de la furgo: 1 balón, un camión pequeño, cubo y pala, cubitos encajables de colores (Ikea), un cuento. Todo cabe en una mochila pequeña.
✓ Película favorita del momento. Por si llueve y hace mucho frío y nos quedamos dentro de la furgo.
✓ Documentación sanitaria.

Cosas que no me llevo: ✗

Aclaro que estas cosas antes sí que me las llevaba pero me di cuenta de que o volvían tal cual sin usar, o se perdían por el camino así que opté por ganar espacio, que en la furgo es lo que manda.

✗ Maleta. Súper consejo, es más cómodo llevarlo todo a la furgo en bolsas y guardarlo directamente en su armario correspondiente que llevar una maleta que luego no sabes dónde guardar.
✗ Termómetro. Te vas para un par de días, si tiene fiebre le das Aprietal y a casa o al médico, no vas a tener que controlar la fiebre.
✗ Muchos juguetes. Estará al aire libre y cualquier cosa es más entretenida que un juguete.
✗ Ropa de "por si acaso". Vuelve tal cual, y si se mancha estamos en el campo, no pasa nada.
✗ Cuentos. Sólo uno y su favorito. Más ¿para qué? ¡nos los inventamos!!
✗ Peluches de apego. En la furgo ni se acuerda de su conejito, además es algo de valor que se puede perder.
✗ Películas a granel. No va a dar tiempo a verlas.
✗ Ni pinturas ni papel, siempre viene de vuelta y ya ni me llevo, las piedras y la tierra son más entretenidos que pintar.

En cuanto al destino de esta escapada: El Albir (Alicante). Y en esta ocasión también repetimos camping.


El camping Cap Blanch está en primera línea de playa y muy cerca de la sierra Helada. Este camping está muy bien situado para poder ir a la playa y dar paseos por la montaña pero en sí no tiene más atracción que ver cómo tienen decoradas sus parcelas los Holandeses que pasan allí el invierno. Lo más interesante son las conversaciones con la mujer que limpia los aseos por las mañanas, si alguna vez vas anímate a peguntarle qué hacer por Altea, vas a descubrir una persona fascinante.

El Albir está muy cerca de Altea, una ciudad costera preciosa, de las más bonitas que he visto en mi vida y a la que todos los años vamos Samuel y yo para celebrar nuestro aniversario. Te recomiendo cenar en un restaurante francés llamado Oustau, bajo reserva eso sí (si vas di que vas a celebrar tu aniversario y tendrás una sorpresa), el dueño es encantador, el sitio muy bonito y especial y la comida riquísima. Y si la comida francesa no te va, siempre puedes ir al restaurante italiano situado en la plaza del casco antiguo o a La Claudia, que además de disfrutar de su exquisita comida te quedarás sin aliento con sus vistas.



En cuanto al parque de la sierra Helada, tiene una ruta muy bien preparada para ir andando con niños y carro. Esta ruta tiene unos 10 kilómetros en total y recorres la montaña hasta llegar a un faro. Las vistas son preciosas, acantilados, costa, túneles, calas de piedra y finalmente mucho mar desde el faro.

Eso sí, a la bajada el aperitivo de obligado cumplimiento debe hacerse en Pane e amore, una cafetería muy "chill and chic" con unas vistas preciosas. Es algo caro pero por las vistas merece la pena.



Y como manda la tradición, hago mi lista de cosas con las que me quedo de esta escapada:

- Hacer yoga a las 8 de la mañana en la orilla del mar junto a mi hermana y Jou. 
- El veggie desayuno preparado por la sister, ¿te he dicho ya que me encanta desayunar?.
- El olor de los restaurantes ingleses a las 6 de la tarde.
- Compartir una cerveza fría y risas con amigos frente al mar.
- Una ducha caliente mientras llueve fuera.
- Las luces del paseo marítimo de noche.
- La decoración navideña de las parcelas del camping, rozando el surrealismo.
- La pasión de los abrazos de Luca a sus tíos cuando los ve llegar en su furgoneta.

¿Te he dado alguna idea?, espero que sí, y espero haberte animado a planear alguna escapada, que para mí siempre son románticas. Y si no puedes escaparte, llévate el viaje en furgo a casa, prepara un desayuno especial y hacéis un picnic en el salón, os montáis una expedición por casa buscando rincones escondidos en los que haceros cosquillas y partiros de la risa. Y cuando caiga la noche, con dos palos y una sábana os montáis un campamento en el salón con luces y linterna incluidas. Leéis vuestros cuentos favoritos y encima de una montaña de cojines podéis ver la peli del momento favorita mientras os tomáis un chocolate calentito.

No hay excusas para viajar, aunque sea dentro de casa.

Nos leemos la semana que viene, gracias por estar ahí.

Besos,

Vanesa.

febrero 04, 2019 No comentarios
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¡Hola! Soy Vanesa, una mamá novata de trentaitantos a la que le gusta disfrutar de las pequeñas cosas siguiendo un ritmo slow e intentando llevar mi maternidad con calma. Me chiflan las cosas bonicas, la fotografía, la comida, los planes en familia y andar en furgo recorriendo el mapamundi.


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Adaptado con por Aubrey and me