Vacaciones 2018. Parte 2. Viajar en furgoneta con niños.

Escrito por - septiembre 10, 2018

Me gustaría haber titulado esta entrada así: “Cómo viajar en furgo con un niño y no morir en el intento”, de hecho no lo descarto para futuras entradas. No he querido parecer tremendista, como mi marido diría “eres demasiado delicada”, pues sí, lo soy, y creo que el mundo está lleno de gente como yo que necesita saber que hay posibilidades detrás de la comodidad de los hoteles a la hora de viajar. Porque este mundo “vantravelero” tiene su aquel y cada vez más gente se anima a echarse a la carretera en busca de aventura. Vivimos rodeados de comodidades y nos cansamos hasta de la manera de viajar, tiene gracia la cosa. 
Nos dejamos seducir por las puestas de sol cálidas dentro de una furgo tapados con una manta de tonos étnicos a la luz de las velas, con una decoración nórdica donde no faltan los muebles de madera, los cojines vintage y hasta plantas colgadas del techo. He llegado hasta cansarme de ver imágenes de este tipo, muy Pinterest todo. Antes de tener la California me imaginaba que nuestros viajes serían así, y no es que todo sea muerte y destrucción (por Diós que a mí me encanta ir en furgo) lo que digo es que si tienes las puertas abiertas de la furgoneta te entran mosquitos, las plantas colgadas del techo se romperían en marcha y por favor, ¿dónde metes todo ese atrezo?, ley número uno del manual furgonetero: menos es más, el espacio es oro, si no hay espacio para llevarme el secador de pelo mucho menos para la cafetera de la abuela que es preciosa para la foto pero me apaña más la italiana de toda la vida.


Dicho esto, que solo con la introducción ya me tiraría una hora hablando, te cuento lo que has venido a leer, nuestro viaje en furgo de estas vacaciones. Decidimos pasar unos días por Pirineos y luego bajar hasta la costa de Tarragona algunos días más en busca de playa y sol.
Cafecito y al lío!

Primera parada: PIRIENEO CATALÁN.




Escogimos esta zona porque no queda lejos de Andorra y hay varios campings dentro de un entorno digno de visitar, el Parque natural de Aigës Tortes, Lleida. A nosotros nos encanta la montaña y queremos transmitir nuestro amor por la naturaleza a Luca. Estaba deseando enseñarle donde viven en realidad los pájaros (ya que está acostumbrado a ver a “Kike” el canario de su clase en una jaula), perseguir a los bichitos y oler las flores silvestres.  Algo de la maternidad que me encanta es ver el mundo a través de los ojos de mi hijo, creo que no hay un momento más empático que este en la vida. Intentar sorprenderte con él, volver a tocar el barro, a tirarte por la hierba o arrugarte como una pasa en la piscina con tal de verle la cara de ilusión y sorpresa al experimentar cosas nuevas. Es una pena que no lo podamos hacer más a menudo. De manera que aquí en plena naturaleza hemos disfrutado de lo lindo.




Nos quedamos en un camping ubicado justo enfrente del Lago de La Torrasa y a pocos kilómetros del Lago de San Mauricio. Durante tres días dimos largos paseos bordeando las aguas cristalinas del lago. Los caminos están muy bien para ir con carro (deportivo eso sí), y están llenos de miradores para observar a los pájaros o ver como saltan las truchas en el río. Como curiosidad, puedes visitar viejos bunkers excavados bajo tierra que se usaban en la guerra civil. Si te va el deporte y la aventura también hay una zona en el lago donde hacer este tipo de actividades como kayac, canoa, escalada, etc.


Si te soy sincera, irnos los tres solos tan lejos de casa a un sitio que no conocíamos me daba un poco de miedo al no saber cómo iba a reaccionar Luca. Un niño tan pequeño sacado de su rutina y de su entorno tantos días puede ser una bomba de relojería y contábamos con la posibilidad de tener que recoger antes de lo planeado. Pero no fue así, es más, fue todo lo contrario. En la furgo Luca tiene pocos juguetes (otra vez, el espacio), y son “los de la furgo” para evitar que se sacie de ellos en casa. Nada más llegar al camping me sorprendió como cogió un cochecito y se tiró más de media hora haciendo el rum rum por encima de sillas, piedras, mesas, piernas de mamá… Media hora! Esto en casa es impensable. 

Algo de lo que me he dado cuenta es el efecto tranquilizador de la naturaleza no solo para nosotros, también para los niños. Juegan más sosegados y disfrutan más del momento sin tanta tecnología, ni horarios, ni prisas. Nos hemos pasado largos ratos buscando babosas, soplando dientes de león y haciendo montañitas con las piedras. Hemos disfrutado muchísimo del tiempo con él y él con nosotros.

Ahora bien, no todo es de color de rosa. Recordemos que estamos en Pirineos y aunque sea verano por la noche refresca y bastante. Y si además le sumamos tormenta, pasar la tarde noche dentro de la furgo sin poder salir con uno niño tan pequeño se puede convertir un todo un reto para la imaginación. Para estos casos y cuando los cuentos ya no entretienen viene bien tener una pantallita de televisión donde poder poner pelis y verlas juntos debajo de la manta (elige Luca por supuesto).

Y hablando de que no todo es de color de rosa creo que voy a inaugurar una nueva sección en el blog de: Secretos de belleza furgoneteros!!. Y es que siguiendo a otras chicas que van en furgo voy recopilando truquillos para cuando viajas y no te puedes llevar todos los potingues que te gustaría. En esta ocasión probé un exfoliante corporal hecho con los restos del café de la mañana. Los mezclas con un poco de jabón y masajeas bien por cara y cuerpo en la ducha. Además de tener un resultado de 10, consigues ambientar los aseos del camping con un olor a café recién hecho de lo más apetecible. Luego hidratar bien la piel y una mascarilla facial hidatante, brillas con luz propia desde los aseos hasta la furgo, pequeños placeres de la vida.
Tras pasar cinco días y cuatro noches partimos hacia nuestro segundo destino. Mochila de juguetes, pegatinas, globos y cuentos, todo listo! podemos empezar el viaje.

Segunda parada: MIAMI PLAYA, TARRAGONA

Así como suena, playa Miami. Nada que ver con Miami de Florida salvo en las clases de salsa y los cócteles en la piscina. Cambiamos totalmente de tercio y nos vamos al calorcito y al bullicio de los camping resort.



Tengo que reconocer que la diversión está asegurada, el camping ya se encarga de que quieras quedarte proponiéndote planes para niños de los que no te escapas. Representaciones Disney, mascotas, fiestas de la espuma, parque acuático, chiringuitos por doquier… Lo cierto es que llega a abrumar tanta actividad y tanta atracción. 



Por suerte conseguimos una parcela frente al mar, casi tocando la arena de la playa, un L·U·J·A·Z·O así en mayúsculas. Durante los días que estuvimos aquí aprovechamos para ir a la playa pero sobretodo a las piscinas llenas de juegos y columpios para niños. Luca no quería salir de allí y yo he disfrutado de lo lindo viendo sus risas y carcajadas al tirarse por los toboganes (y yo con él por supuesto). He estado en muchos campings pero en ninguno en el que las duchas parecieran un auténtico SPA, o que pudieras fregar los cacharros con vistas al mar.



Quedarte dormida y despertarte con el rumor de las olas es de mis sensaciones favoritas, si te gusta la playa sabes a lo que me refiero, así que ir con la furgo a pasar la noche a la playa se ha convertido en algo que tenemos “más fácil”.
Algo que comentaba mucho con mi chico eran los recuerdos que me trae ir de camping, yo iba mucho con mis padres a un camping de pequeña, pasábamos el verano entero y los fines de semana en invierno, prácticamente mi niñez y adolescencia entre caravanas, partidas de cartas, juegos en la piscina, paseos en bici y muchas “primeras veces” que no se olvidan. Grandes amistades que, aunque nos vemos poco, siguen estando ahí. El ambiente familiar en el que se comparte casi todo y en el que se siguen dando los buenos días con una sonrisa a pesar de no conocerte de nada es algo que siguen conservando los campings, por eso te sientes como en casa. Sigues viendo pandillas de chicos y chicas pasando el rato juntos en la parcela de alguien alejada del resto de los padres, casi igual que antes salvo en que no teníamos móvil y el pantalón de las chicas no era "tan corto".
Volviendo al tema de estas vacaciones, aunque este camping nos encantó (de hecho nos quedamos un día más), no me quedaría una temporada larga. Como he dicho antes, hay demasiada actividad y programación para todo, y demasiada gente que también hay que decirlo. Notamos a Luca mucho más nervioso, ya no quería jugar tranquilo en la parcela o en la playa, solo quería el bullicio de la piscina. Nada más levantarnos ya me tiraba de la mano para ir tras la música de las clases de zumba, o seguir el griterío de los niños en la piscina. Para unos días está bien, pero en este momento nosotros buscamos otra cosa. Tenemos previstas otras salidas furgoneteras bastante diferentes que ya irás descubriendo en las próximas semanas.

Al igual que hice en el post anterior en el que te conté nuestros días en Andorra (pincha aquí si no lo has leído), voy a hacer una lista con lo que me quedo de todo lo vivido en estos días:

  • El vínculo entre padre e hijo que se refuerza cada vez que pasan más tiempo juntos. Ojalá Samuel pudiera disfrutar tanto de Luca como yo.
  • Los piques al Scrabble en el móvil (te recuerdo que tenemos una a medias amore ;).
  • Ver por enésima vez "Hacia rutas salvajes" pero esta vez en plena montaña mientras diluvia fuera y nuestro hijo duerme.
  • El olor a café recién hecho cada mañana.
  • Descubrir lugares nuevos con mi hijo (creo que esta se repite pero es que es algo tan bonito)
  • Despertarme sin prisas con mis chicos a mi lado, abrir la cremallera de la ventana y respirar aire fresco.
  • Algo tan simple como comer juntos, disfruto cocinando para ellos (incluso he conseguido que Samuel coma garbanzos, todo un logro).
  • Dormir frente al mar, viendo el reflejo de la luna sobre el agua.

Me quedo con ganas de contarte las cosillas prácticas de la vida en furgo como por ejemplo cómo, dónde y qué hacemos de comer para nosotros y el peque, cómo dormimos o cómo elegimos destinos, pero eso merece una entrada bien hecha más adelante. Y atención “spoiler” puede que hasta incluya algún videoblog, pero eso será más adelante.
Hasta aquí mi relato “vacacionero” de este verano, espero que te haya dado alguna idea para futuras vacaciones o escapada de fin de semana. Si quieres algo más de información sobre los sitios en los que hemos estado no dudes en preguntar, estaré encantada de ayudarte.
Me despido hasta la semana que viene si no antes recordarte la frase del Manifiesto Holstee: “perderte te ayudará a encontrarte” así que sal a perderte dónde y con quién quieras, carga la pila, llena los pulmones de aire nuevo y cuando vuelvas, entre obligación y obligación ponte a planear dónde vas a pasar los puentes que se avecinan.

Sigamos disfrutando del camino!
Besos,

Vanesa

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2 comentarios

  1. Genial como siempre, por no decir, más que estupenda esta entrada! Cada vez te superas: buena prosa, detallista pero sin abrumar, toques mágicos de risas e ilusión...

    Y termino otra entrada diciendo ¿ya? y queriendo la siguiente.

    Después de la vuelta al trabajo por el fin de vacaciones pero sobre todo por el fin de la baja por maternidad, leer esto mientras los nenes ya duermen se ha convertido en uno de esos lujos personales que te recargan las pilas!

    Y qué cierto eso de que la naturaleza lo hace todo más lento y entretenido para ellos, lo sé porque cuando Roberto va al campo no hay niño, juega, juega y juega y yo disfruto al verlo jugar, al verlo descubrir cosas nuevas, como tú con Luca, y eso son momentos eternos que no tiene precio y que siempre nos acompañarán !

    ¿Videoblog? Oye, suena tan bien que ya te veo por YouTube sumando seguidores!

    Mil besos! Hasta la siguiente entrada!

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    1. Muchas gracias Bea, tus comentarios sí que son mágicos. Gracias por sacar un ratito para leer la entrada estando en el momento de "fatalidad" de tener que volver al trabajo tras la ridícula baja de maternidad. Como tú dices ahora toca encaje de bolillos y mucho apretón del bueno en cada despedida, aunque sea tan solo por un rato.
      Un beso bonita!

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