Vacaciones 2018. Parte 1. Andorra con niños.
Aviso viajantes, esta entrada es de viajes, pero con niños.
Prometo contar todo lo bueno y lo no tan bueno de viajar con niños, es algo que
para mí es nuevo así que lo voy descubriendo con ilusión y “cautela”, pero
sobretodo con mucho humor. Así que si te apetece saber qué hemos hecho estas
vacaciones prepara el café que nos vamos!!.
He decidido dividir el viaje en dos entradas ya que han sido
dos semanas fuera de casa y dos semanas muy diferentes, así que mejor en dos partes para que no se haga tan largo. Nuestro primer destino, como has
visto en el título ha sido Andorra.
No llego a recordar cuando fueron mis últimas vacaciones por la península (bueno supongo que sería durante la universidad ya que no tenía ni un duro, claro está), a mi chico y a mí siempre nos ha llamado la atención viajar fuera de España, aun sabiendo que España es preciosa y con multitud de cosas para ver. Pensamos que mientras éramos solo dos nos iba a resultar más fácil movernos de un sitio a otro y que en un futuro cuando fuera más complicado viajar siempre nos quedaría hacerlo por aquí. Y con esto no quiero decir que con niños no se pueda viajar a otros países, pero que la historia se complica sí que es cierto, supongo que depende de cada uno y de su umbral de “comodidad”.
No llego a recordar cuando fueron mis últimas vacaciones por la península (bueno supongo que sería durante la universidad ya que no tenía ni un duro, claro está), a mi chico y a mí siempre nos ha llamado la atención viajar fuera de España, aun sabiendo que España es preciosa y con multitud de cosas para ver. Pensamos que mientras éramos solo dos nos iba a resultar más fácil movernos de un sitio a otro y que en un futuro cuando fuera más complicado viajar siempre nos quedaría hacerlo por aquí. Y con esto no quiero decir que con niños no se pueda viajar a otros países, pero que la historia se complica sí que es cierto, supongo que depende de cada uno y de su umbral de “comodidad”.
Así que este año nos hemos quedado en la península pero bien
acompañados ya que hemos compartido parte de nuestras vacaciones con mis
cuñados. Bueno para ser sinceros son más amigos que familia así que la
diversión con ellos está asegurada. Cuando digo mis cuñados me refiero a
Jonatan, hermano de mi marido, su mujer Ana (Ana y yo somos amigas de la
universidad y fue ella quién me presentó a mi marido hace unos cuantos añitos
ya…) y sus dos preciosas hijas. Presentaciones hechas, comenzamos.
Vamos a empezar por el principio, el viaje en coche. Yo vivo
en Alicante, para llegar a Andorra hay que recorrer 617 km, que son unas 7
horas más o menos sin contar paradas o imprevistos. Y te preguntarás ¿7 horas
metidos en un coche con un niño?, imposible a no ser que lo hagas por la noche
y el peque duerma, pero tú no. Nosotros decidimos hacer una parada a medio
camino y hacer noche para que los peques estuvieran más a gusto y descansados.
Aun así es mucho tiempo para ellos y si no quieres pasar un mal rato te
aconsejo que hagas acopio de diversos entretenimientos para ellos. Te hago una
lista de lo que me llevé para Luca y me vino de perlas no solo para el
trayecto en coche si no para los ratos de aburrimiento:
- Libros de pegatinas. Yo compré estos en Amazon (pincha aquí si los quieres ver) y a Luca le encantaron, con mi ayuda eso sí (gracias por la recomendación Laura y Luján).
- Sus cuentos favoritos. Esto ya depende de cada niño. Yo me llevé los que Luca pide siempre volver a ver una y otra vez.
- Libreta y colores para pintar.
- Globos para hinchar y pegar las pegatinas.
- Empezamos con la artillería pesada. Gusanitos, yo le suelo comprar a Luca de la marca Smileat, es ecológica y no le añade sal ni cosas raras. Puestos a darle gusanitos prefiero darle estos.
- Tablet con sus dibujos favoritos descargados. Este recurso es para cuando ya no me queda otra y del que no me gusta abusar, pero tengo que reconocer que es mano de santo.
Ahora ya depende de la edad de cada niño y de sus
preferencias, Luca no tiene aún los dos años y de momento esto es lo que más le
gusta.
Personalmente tenía muchas ganas de visitarla ya que no he
estado nunca y he oído hablar maravillas. Lo primero que nos enamora es su paisaje. Montañas llenas de
frondosos árboles verdes y casitas de piedra con techos de pizarra. Ya en los
coches mientras llegábamos lo íbamos comentando, el paisaje en Alicante es muy
distinto.
Llegamos al hotel ubicado en La Massana, un pueblo a 10 minutos en coche
de Andorra la Vella. El hotel es
de lo más encantador, fachada de piedra llena de balcones y grandes ventanales
con maceteros de flores. Situado entre montañas las vistas son preciosas,
asomarte por tu ventana y que puedas ver montañas verdes hasta que alcanza tu
vista ya te hace descansar de inmediato. ¿Sabes esa sensación de coger aire
profundo sin darte cuenta mientras cierras los ojos y sin querer se te pone una
sonrisita en la boca?, pues eso mismo es lo que sentí nada más abrir la
ventana.
No sólo las vistas desde la habitación son bonitas, el comedor acristalado te hace sentir que estás comiendo por encima de las nubes, y tomarte el café de la mañana en la terraza con el fresquito mientras te da el sol en la cara sin llegar a molestar, es uno de esos momentos en los que se te ponen los pelillos de punta.
No sólo las vistas desde la habitación son bonitas, el comedor acristalado te hace sentir que estás comiendo por encima de las nubes, y tomarte el café de la mañana en la terraza con el fresquito mientras te da el sol en la cara sin llegar a molestar, es uno de esos momentos en los que se te ponen los pelillos de punta.
Me encantaría visitar este hotel y la zona en invierno, sólo
de imaginarme la gran chimenea del comedor encendida mientras ves las montañas
nevadas a través de los enormes ventanales, o salir a la terraza con un jersey
de lana gordito y una taza de chocolate caliente entre las manos humeando en el
ambiente húmedo y fresco… Se me quita la morriña de fin de verano al instante y
quiero que llegue el invierno ya!.
El exterior del hotel tampoco se queda atrás, tiene una
piscina exterior de agua climatizada rodeada de enormes abetos que ha sido de
gran entretenimiento para los peques. Los primos se lo han pasado en grande
jugando allí.
Decidimos quedarnos en el hotel a descansar el primer día
para ir aclimatándonos, al final nos quedamos otro día más por el mal tiempo.
Creo que cuando viajas con niños hay que pensar en que puede que algo no salga
como esperas y te tengas que quedar en el hotel, así que cuanto más cómodo sea
éste mejor. El día de lluvia lo aprovechamos para descansar, comer bien, dormir
siesta y afortunadamente para mí poder leer en un entrono así. Pude cumplir uno
de mis propósitos del verano que ya comenté en el post anterior "Los favoritos que no faltan en mi maleta"
En Andorra puedes realizar multitud de actividades,
sobretodo al aire libre. Excursiones por la montaña, visitar los pueblos y
museos (como el museo de la miniatura en Ordino), subir a las estaciones de
esquí (en verano montan atracciones para los peques), ir de compras a Andorra
La Vella, etc. De entre todas las
actividades elegimos lo que más nos apetecía en ese momento y lo que podíamos
hacer con todos los niños sin tener que cargarlos a cuestas o empujar carritos
por senderos pedregosos, estos días son para descansar.
Nos aconsejaron ir a Naturlandia a pasar el día, así que
allá que fuimos. En Naturlandia puedes encontrar atracciones para niños y
mayores en plena montaña. Nuestra sorpresa fue (a parte de las colas para
subir a su atracción principal “el Tobotronc”) que la mayoría de cosas iban
dirigidas a niños mayores de tres años, dos se nos quedaban fuera. Así que
optamos por hacer el recorrido para ver los animales. Tengo que reconocer que
esta clase de parques no me gustan porque no dejan de ser un zoo, no me gusta
ver a los animales encerrados por mucho terreno que tengan o lo bien cuidados
que estén.
Si tienes niños que todavía no aguantan mucho tiempo andando
o en el carro te aconsejo que lleves una mochila o un cinturón de porteo. A
Luca no le ha gustado nunca la mochila, se pone muy nervioso, sin embargo ir sentadito en el cinturón le encanta, se relaja tanto que a veces se llega a dormir apoyado en mi hombro.
Luca no le ha gustado nunca la mochila, se pone muy nervioso, sin embargo ir sentadito en el cinturón le encanta, se relaja tanto que a veces se llega a dormir apoyado en mi hombro.
Paseito y compras por Andorra La Vella. No puede faltar en
un viaje a Andorra darte una vueltecita por el centro y comparar precios, eso
es así. Es muy entretenido pasear por sus calles llenas de gente y de tiendas. Puedes tomarte algo en alguna cafetería alejada del bullicio y disfrutar de un capuchino y un croissant al más puro aire francés, me refiero a esas cafeterías con terracitas pequeñas pegadas a las cristaleras donde te puedes sentar bajo un toldo resguardándote así de la lluvia, a mí me recordaba a París (con un poco de imaginación y de eso voy sobrada ;). Nos portamos muy bien y sólo compramos lo que teníamos pensado, más
alguna que otra cremita que me ha salido a muy buen precio, recordemos que en
Andorra te ahorras algo de dinero al no pagar el IVA de los precios en España.
Como curiosidad te contaré que mi marido y su hermano cumplen años casi el mismo día 15 y 16 de Agosto y casi a la misma hora!! Una casualidad que aprovechamos para darles una sorpresa en forma de cena en el Hard Rock de Andorra con postre y velas cumpleañeras, fue una velada familiar de lo más divertida.
Podría compartir la lista que tenía en mente de cosas que hacer en Andorra antes de ir, pero te diré que de esa lista hemos hecho bien poco. Viajar con niños te hace cambiar de planes, no quiere decir que sea malo, solo que es diferente. Podíamos haber ido a Caldea y pasar una mañana hacíendonos masajes en el SPA o haber hecho rutas de montaña a 2000 metros de altitud. Pero ni en Caldea pueden hacer cosas los menores de 3 años y a ver quien es el guapo que levanta a los niños a las 6 de la mañana y carga con almuerzos, comida, agua, ropa de cambio, chaquetas, pañales, carro, mochila y dejo de contar que me estoy agobiando de pensarlo.
En lugar de eso nos hemos llevado momentos únicos en familia como:
Como curiosidad te contaré que mi marido y su hermano cumplen años casi el mismo día 15 y 16 de Agosto y casi a la misma hora!! Una casualidad que aprovechamos para darles una sorpresa en forma de cena en el Hard Rock de Andorra con postre y velas cumpleañeras, fue una velada familiar de lo más divertida.
Podría compartir la lista que tenía en mente de cosas que hacer en Andorra antes de ir, pero te diré que de esa lista hemos hecho bien poco. Viajar con niños te hace cambiar de planes, no quiere decir que sea malo, solo que es diferente. Podíamos haber ido a Caldea y pasar una mañana hacíendonos masajes en el SPA o haber hecho rutas de montaña a 2000 metros de altitud. Pero ni en Caldea pueden hacer cosas los menores de 3 años y a ver quien es el guapo que levanta a los niños a las 6 de la mañana y carga con almuerzos, comida, agua, ropa de cambio, chaquetas, pañales, carro, mochila y dejo de contar que me estoy agobiando de pensarlo.
En lugar de eso nos hemos llevado momentos únicos en familia como:
- Desvalijar el desayuno buffet del hotel hasta reventar (reconoce que tú también lo haces).
- Reir a carcajadas con mi sobrina Sofía hasta no poder más.
- Descubrir sitios nuevos con Luca y sorprendernos al mismo tiempo de la belleza de las cosas.
- Contar cuentos en el salón del hotel a los tres peques mientras llueve fuera y ver sus caras de ilusión y sorpresa con cada página.
- Enseñar a jugar al "pollito inglés" y que nos quede un juego totalmente nuevo.
- Comprarnos una mascarilla exfoliante y hacer la tarde de belleza de chicas (creo que aún me quedan restos Ana)
- Cantar cumpleaños feliz, dos veces, y ser testigo de la complicidad de dos hermanos que se adoran.
- Planear sorpresas a escondidas y que salgan bien.
- Salir mientras está lloviendo solo para ver el humo que sale de la piscina de agua caliente, y quedarte allí un poco más.
- Tomarte el aperitivo en la piscina sin nada más que hacer que disfrutar de la conversación.
Estos y muchos momentos son con los que me quedo, por los que merece la pena viajar y desconectar, para volver a conectar con lo importante.
En la siguiente entrada te contaré nuestra siguiente parada, nos despedimos de los cuñados y seguimos nuestro camino esta vez con la California de hotel, (anda mira como la canción de los Eagles) ¿dónde? si me sigues en Instagram ya lo sabrás, si no tendrás que esperar a la semana que viene ;)
Besos,
Vanesa.
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